Que a estas alturas de la vida uno se sorprenda o finja no entender cómo pueden haber torneos con decenas y cientos de participantes de un juego como el popular Fortnite solo evidencia una realidad: la gente se hace mayor y cuesta asimilar las nuevas formas de entender las relaciones interpersonales.

Porque las nuevas generaciones se han familiarizado con un mundo de experiencias que difícilmente tendrá que ver con el de las aficiones que muchos lectores atesoraban en su infancia y adolescencia , que ahora se llevan las manos a la cabeza con preocupación, en ocasiones justificada, todo hay que decirlo.

El mismo idioma

Dicen que las nuevas tecnologías han hecho que los jóvenes no compartan, pero ayer, en la Vall d’Uixó, se pudo comprobar que lo hacen, aunque a su manera. Grupos de amigos que se inscribieron para participar en alguno de los torneos del II Gaming Experience, que comentaban sus avances o los motivos de sus fracasos, son el mejor testimonio. Solo hacía falta entrar en el polideportivo municipal y detenerse a escucharles para trasladarse por un instante a ese mundo de los gamers del que forman parte y que nunca antes habría sido posible, porque la tecnología no tenía nada que ver con la que manejan.

Y si esta apuesta de la Concejalía de Juventud fue un éxito, con casi 900 inscritos y muchos más asistentes a lo largo de los dos días en los que ha permanecido abierta, es porque ha ofrecido lo que le interesa a un sector de la población que, por lo general, siente que no conecta con la programación de actividades públicas a su alcance.