Las obras para reducir el riesgo de inundaciones en el barrio ecológico de la Vall d’Uixó ya están en marcha. Así quedó constatado ayer, durante una visita organizada por la Concejalía de Urbanismo con el objetivo de detallar los trabajos previstos en un proyecto que el Ayuntamiento ha iniciado cuando ha «podido», subrayó la edila responsable del área, Francesca Bartolomé.

Mediterráneo se hizo eco el pasado mes de diciembre del malestar vecinal suscitado por una problemática que tiene su origen en el desarrollo urbanístico del PAI de Sumet --bloqueado desde hace 12 años-- y que mostró sus peores consecuencias con las lluvias torrenciales registradas en octubre del 2018, durante las cuales lo sótanos y jardines de los inmuebles que se encuentran en la zona más baja de este área quedaron completamente hanegados en cuestión de pocos minutos, poniendo a los vecinos «en riesgo vital», como denunció el portavoz de los afectados, Javier Segarra.

La respuesta del equipo de gobierno, como defendió ayer otra vez la concejala de Urbanismo, «fue inmediata» y «desde el primer día» encargaron a la oficina técnica la redacción de un proyecto en el que plantearan soluciones efectivas. En este trabajo previo también se implicó a la empresa Facsa, dado que la principal necesidad es la evacuación rápida de grandes caudales de agua, provenientes de los arrastres no solo del PAI de Sumet, sino también del sector 1C, que también está paralizado.

La divergencia que denunciaron los vecinos tenía que ver con la urgencia. Esperaban una respuesta inmediata del Ayuntamiento. Bartolomé señaló que los técnicos han trabajado con la máxima celeridad, a tenor de que las soluciones dependen, en parte, de dar una salida a los desarrollos urbanísticos paralizados.

DINERO // La falta de inversión inicial para ejecutar unas obras urgentes y no previstas se soluciona destinando las mejoras anuales que debe realizar Facsa en la ciudad a este proyecto. De hecho, ya han empezado a intervenir. Construirán «unas rejillas más grandes de lo normal» en el alcantarillado, «para que traguen más», conectadas a una canalización que reconducirá el agua «hasta un pozo que es el que gestiona las escorrentías de los dos PAI». A su vez, están realizando «bocas de buzón a lo largo de toda la carretera para que desagüen más y mejor». También se han construido en la parte alta del sector 1C.

Por último, está previsto finalizar la acera y el carril bici que han empezado a ejecutar en el tramo final de la carretera de Segorbe, lo que frenará, según los técnicos, que el agua llegue al barrio ecológico, según concluyó ayer Francesca Bartolomé.