Les Coves de Sant Josep de la Vall d’Uixó este año no aspiraban a superar ningún récord de visitantes, dadas las circunstancias, pero sus cifras a estas alturas de la temporada estival hablan de que han podido sacar de lo malo lo mejor, pues prácticamente a diario se agota la venta on line «y muchos días hay personas que se quedan en la puerta porque en taquilla no quedan entradas», confirmó ayer el consejero delegado de Emsevall --empresa pública que gestiona el río subterráneo--, Jorge García.

La media diaria de entradas para la visita tradicional se calcula entre 800 y 900 personas, que comparado con datos de años anteriores --con días de 1.800 y hasta 2.000 accesos-- puede parecer poco, pero es que las limitaciones de aforo establecidas no permiten mejorar los resultados. Como ejemplo, hasta la llegada de la pandemia subían en cada barca hasta 14 personas y ahora, como máximo, pueden ser 10.

BUENOS RESULTADOS

Atendiendo a las circunstancias, para García el balance es «así de bueno, porque hemos sabido diversificar la oferta». Al número de personas que entran en el río subterráneo para realizar el paseo en barca más conocido, hay que sumar el espeleokayak, que ha pasado de las 100 reservas en el 2019, a 550 a estas alturas, aunque el edil estima que alcanzarán los 600, porque en septiembre casi no quedan plazas. Y ayer, organizaron una visita especial. Entre las 20.00 y las 00.00 horas, 200 personas --todas las plazas disponibles-- completaron la navegación por la cueva con una visita guiada por el poblat íber.

En cuanto a la incidencia en el descenso de turistas extranjeros, Jorge García recordó que entre un 70 y un 75% de las personas que escogen les Coves como destino «es nacional» y por lo tanto, aunque es evidente el descenso en la presencia de gente de otros países, los datos demuestran que no ha tenido un efecto negativo en la Vall. Eso sí, indica que casi la totalidad de los extranjeros que les visitan «llegan en autocaravana», como se puede comprobar en el recién remodelado aparcamiento.

Desde Emsevall resaltan que estos resultados, a pesar de la crisis general, tienen que ver con «las buenas valoraciones que están realizando quienes nos visitan, que destacan el protocolo de seguridad, en el que están contribuyendo de manera crucial el equipo de empleados de les Coves».

Y todo esto sucede mientras la gruta sigue modernizándose. Tras el cambio de iluminación, está en su recta final la instalación de la fibra óptica, el sistema de sensores y de cámaras de vigilancia a lo largo del recorrido, afectada por la crisis comercial internacional.