El Ayuntamiento de la Vall d’Uixó ha decidido emprender una nueva batalla respecto de la gestión que los propietarios de mascotas hacen con los residuos que estos animales dejan en la vía pública.

Y es que se ha modificado la ordenanza municipal que regula estas cuestiones, para obligar a los dueños a limpiar los orines de los canes, como hasta ahora se obligaba a retirar las heces. Incluso se contempla la imposición de sanciones, aunque por el momento, se va a iniciar una campaña de concienciación.

Para facilitar la limpieza de los orines, la Concejalía de Salud Pública y la de Sostenibilidad que dirigen Francesca Bartolomé y Fernando Daròs, repartirán unas «botellas flexibles y muy liqueras, que se pueden enganchar en la correa». Se entregarán gratuitamente a las personas que inscriban a su mascota en el censo o acrediten que ya lo está.

Bartolomé explicó que «el pipi es corrosivo y deteriora el mobiliario urbano, además que se ensucian las fachadas y dañan a los animales y las plantas». Para combatir estos problemas, solo sería necesario llevar «una botella de agua con vinagre y echarla sobre el orín», explicaron los ediles.