La Vall d’Uixó se convirtió ayer en el epicentro de la devoción vicentina. La celebración de la jornada organizada por los Caballeros Jurados de Sant Vicent en la localidad dio pie a una serie de encuentros y conferencias que, entre otros temas, pusieron el acento en el arraigo de la vinculación de los vecinos con su patrón, como por ejemplo aprovechó para explicar el investigador Vicente Falcó, quien dijo que «la Vall es pionera en la devoción al santo».

Durante su intervención, el historiador local recordó: «Aunque no tenemos noticia de que aquí se produjera algún milagro, sí que existe constancia de que en 1594 se recibió la bula para trasladar la fiesta por Sant Vicent después del Domingo de Pascua». Siglos después, allá por el año 1795, renovaron la reanudación de las celebraciones en su honor. Falcó insistió en que lo que existe en la ciudad es «un fervor extraordinario» que ha perdurado con el paso del tiempo.

TRAS LOS PASOS DEL PATRÓN / Si bien hubo dos protagonistas en este encuentro, los Calleros Jurados José Francisco Ballester-Olmos Anguix y Xavier Catalán Aznar, lo cierto es que las aportaciones desde el municipio fueron muy significativas. A la de Falcó habría que sumar la de Paco Nebot, presidente de la Associació Cultural Jacinto Agustí, que se encargó de dirigir una ruta a pie por las imágenes del patrón que existen en la localidad, a petición de la Associació Vicentina, anfitriona de este evento.

La primera parada se produjo en la capilla de la Misericordia de la iglesia de la Asunción, donde hay un «azulejo restaurado» al que se suma el que existe en la fachada del templo, instalado en el año 1991. A partir de ahí, los asistentes recorrieron las calles del barrio para descubrir la presencia de Sant Vicent en fachadas de viviendas particulares, en algunos casos con un valor artístico destacado, hasta llegar a la ermita, que es templo jubilar.