Vivir en la Vall d’Uixó o visitar la ciudad durante estos días y permanecer ajeno a les Penyes en Festes es imposible desde ayer. Así lo recordaron con un grito unánime las miles de personas que salieron a la calle para corear aquello de Ja estan ací, ja han arribat, al ritmo de la música de charanga.

Dos cohetes, disparados desde el balcón del edificio consistorial, fueron un año más el punto de partida de un estallido popular que promete mantenerse, noche y día, hasta el próximo domingo, porque ayer fue el día del Xupinasso, lo que supone una revolución imparable que pondrá a prueba la resistencia de quienes no quieran perderse nada.

Si hasta el momento, en estricto cumplimiento de la tradición, hasta las 18.00 horas no se podía considerar inaugurada la semana grande, la directiva ha querido dar por buena la máxima de «cambiar para crecer», y qué mejor manera de hacerlo que de la mano de quienes son el futuro de la fiesta. Por primera vez, a las 11.30 horas, también sonaron los dos cohetes, la charanga amenizó el evento y una multitud recorrió la distancia que separa la plaza del Centro de la del Mercado, en un Xupinasso infantil que quiere sentar un precedente. «Creíamos que los más pequeños debían tener una programación específica y hemos apostado fuerte por ello», explicó el presidente de les Penyes, Vicente Pitarch.

Y así, con ese ánimo integrador, esperan que se desarrollen unas celebraciones que aportan varias novedades, todas arraigadas en unas costumbres que tienen la supervivencia garantizada, atendiendo a un espíritu de continuidad sustentado en la necesidad de que cualquier persona que quiera ser de peña deba integrarse en alguna de las ya existentes, por lo que en todas y cada una de ellas hay un intercambio generacional que no cesa.

PLAZA ADAPTADA / Salvo por algunas vallas que limitaban la zona en la que todavía están realizándose obras, ayer se disiparon las dudas que en las semanas previas habían acompañado a quienes creían que la peatonalización del centro podía afectar al normal desarrollo de les Penyes. No ha sido así. Un año más, los asistentes rodearon la fuente y se apostaron frente al ayuntamiento a la espera de que los representantes municipales y de la asociación prendieran la mecha con la que empieza un nuevo ciclo.

La alcaldesa, Tania Baños, que además es peñista --pertenece a Els Penjats--, aseguró que «la gran ventaja de les Penyes es que cuentan desde sus inicios con una gran masa social detrás. Cada año hay 2.000 peñistas que disfrutan de esta semana». Y si bien es cierto que no todos estuvieron en el Xupinasso, parecía que sí.

Hubo agua para todos. De hecho, lo complicado fue permanecer en las calles del itinerario del pasacalle posterior sin acabar a remojo. Tan refrescante complemento caía desde los balcones, salía de los portales, con mangueras, cubos, logrando así que el calor fuera un espectador más.