Unos trabajos que desarrolla la Conselleria de Obras Públicas en la CV-230 tienen la culpa. La culpa de haber caído en la cuenta de que la Vall d’Uixó tuvo playa. Por sorprendente que parezca, esta ciudad del interior de la Plana Baixa estuvo bañada por el mar. Aunque de eso hace ya algún tiempo, estiman que unos cinco millones de años.

La Associació Arqueològica de la localidad llamó la atención hace unos días sobre la posibilidad de que la maquinaria que se encontraba en un lateral de la citada carretera pudiera afectar o deteriorar una «playa fósil».

De esta alerta surgían dos preguntas: en qué consistían esas obras --en el lado opuesto de donde se construye un paseo peatonal que conectará la Vall d’Uixó con Alfondeguilla-- y si es cierto, por lo que se intuye por su nombre, que este lugar estuviera bañado por el mar en el pasado.

Sobre la primera de las cuestiones, la Conselleria informó de que se procedía a «cubrir la cuneta para ganar en anchura para la calzada, con la finalidad de que la amplitud del paseo ciclopeatonal sea la máxima posible». Por lo tanto, el llamativo perfil montañoso no corría peligro alguno.

La segunda se puede aclarar gracias a la vigilancia que de forma permanente esta entidad realiza sobre el patrimonio histórico de la población. Según explica su presidente, Fernando Martínez, «es una playa oceánica o lacustre antigua que se encuentra preservada a causa de un cambio en el nivel del mar o en la elevación del terreno». Su origen suele datarse en el Plioceno.

En la curva que divide los dos municipios «tenemos una superficie con las características rizadas paralelas o ripple marks, creada sobre estratos de arcillas y areniscas que el movimiento del agua y el viento dejaron en los sedimentos de zonas poco profundas o antiguas playas, todo fosilizado y en una posición vertical a causa de los movimientos tectónicos durante el Cuaternario». Sin duda, un detalle del origen de lo que somos que ya no nos pasará desapercibido.