Peñíscola realizó ayer labores para tratar de borrar los efectos del vandalismo en una parte de su patrimonio arquitectónico más importante. Se trata de pintadas en la muralla del castillo, la joya turística del municipio. Unos daños que han podido observar los visitantes del paso de ronda que discurre por encima del tramo de muralla de la Font de Dins. El concejal de Patrimonio y primer teniente de alcalde de Peñíscola, Romualdo Forner, hizo hincapié ayer en la exigencia de «tener respeto por el patrimonio monumental». «Del mismo modo que se pide que las administraciones destinen recursos para su cuidado y conservación, debemos velar por conservar nuestros atractivos en las mejores condiciones», explicó.

Respecto a la limpieza para recuperar el aspecto original, el edil de Servicios, Alfonso López, concretó que el primer paso «es la aplicación de un producto que ayude a disolver las pintadas, para después aplicar agua a presión». No descarta que, en función del resultado, sea necesario volver a repetir el procedimiento para que la suciedad sea borrada. No es la primera vez que ocurre. En otros puntos de la fortaleza ya se han tenido que tomar medidas semejantes, con buenos resultados, aunque en este caso hay pintadas «que han dejado rastro tanto en la piedra como en el mortero que las une, lo que dificulta más la tarea».

tramo poco transitado // El paso de ronda, al que se accede desde la calle Saiz de Carlos y la plaza Santa María, no es una de las zonas más transitadas de la ciudad antigua de Peñíscola, ya que solo se accede por un estrecho tramo a pie. Una circunstancia que han aprovechado los autores para no ser vistos. El concejal destacó que este tramo «se cierra cada noche, pero aún así se han producido estas muestras de incivismo, ya sea porque han saltado las verjas o porque lo han hecho en momentos en los que no han sido vistos». Todo ello, a pesar de que los operarios de la empresa de limpieza «acuden cada día a limpiar esta parte», aseguró López.

La parte afectada por las pintadas se integra en la zona construida durante la época medieval, que fue objeto de una amplia restauración hace 20 años. El paso, que concluye en una pequeña explanada sin salida junto al portal de Sant Pere, fue puesto en valor con motivo de esas obras.

sanciones // Fuentes municipales indicaron que los autores de estos hechos podrían ser sancionados con multas de 51 a 600 euros por el incumplimiento de la ordenanza municipal de convivencia. Por otro lado, el Código Penal, en su artículo 323, especifica que «será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa de 12 a 24 meses el que cause daños en bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental», con la posibilidad de sanciones superiores en el caso de que los daños sean de especial gravedad. H