Las polémicas sobre el Grupo B parecen no tener fin. Después de que la alcaldesa de Almassora, Susanna Nicolau, asegurara el pasado martes que la rehabilitación es necesaria “para garantizar la vivienda”, desde la asociación de vecinos del Grupo Fátima se pusieron ayer en contacto con Mediterráneo para manifestar su total indignación. “Vamos a dirigirnos a la primera edila almazorense para preguntarle cuántas palabras tiene”, manifestó la presidenta de la entidad, Marisol Fernández. Y añadió: “A nosotros nos aseguró que ella quiere tirarlo, pero que tiene que cumplir”.

Desde la agrupación tienen el objetivo de resolver este tema y “vamos a seguir hasta el final para lograr que derrumben el edificio”. Por ello, ratificó que ya han registrado la pregunta que van a formular en el pleno del lunes, día 11, a Nicolau. En ella, le pedirán explicaciones de “por qué firmó el sí a la demolición un día y, después, rubricó el acuerdo con la Generalitat Valenciana a favor de la rehabilitación y sin contar con la opinión vecinal”.

Fernández remarcó que, en la última reunión, mantenida el pasado lunes con la directora general de la Entidad de Infraestructuras de la Generalitat (EIGE) se mostraron tajantes en su negativa a recuperar el edificio. “Queremos que desaparezca y no se vuelva a construir”, sentenció. H