Burriana celebró ayer su primer pleno participativo. En total fueron cinco preguntas, entre vecinos y entidades sociales, las que se dirigieron al equipo de gobierno de la localidad. Así, fue la primera vez que un ciudadano que no ostenta el acta de concejal tomaba la palabra para cuestionar a los ediles electos, de forma que se abre una nueva vía de comunicación directa entre los habitantes del municipio y sus representantes electos.

Aunque ayer todas las intervenciones se dirigieron a los miembros del ejecutivo, el nuevo reglamento permite formular la pregunta a toda la corporación municipal, incluidos los concejales de partidos de la oposición.

El histórico momento llegó con el turno de ruegos y preguntas, cuando ya había acabado no sólo la sesión ordinaria, sino también la de control por parte de las formaciones opositoras. El primero en tomar la palabra fue el delegado del Centro de Atención a Mayores de Burriana (CEAM), que preguntó a la edila de Comercio, Inma Carda, por las medidas de seguridad en su edificio en caso de que hubiera una emergencia mientras se celebra el mercado.

CONTRATOS // El vecino Pascual Traver preguntó por el vallado del solar situado entre las calles Jacinto Benavente y la Esperanza, mientras que el presidente de la Comisión de Fiestas del Grao cuestionó al ejecutivo por la creación de un ente festivo independiente. El colectivo Acodis Cocemfe se interesó por la accesibilidad en las obras del Pla y l’Escorredor, y un miembro de Esquerra Unida por la incorporación de criterios éticos en contratos municipales. H