Para ser la primera vez, el nuevo formato propuesto por el Ayuntamiento de Nules para la Nit de la torrà no fue una decepción, sobre todo si se tiene en cuenta que el equipo de gobierno se vio obligado casi a improvisar una alternativa a pocos días del inicio de las fiestas patronales de la Soledat, al no prosperar la modificación de créditos propuesta en el pleno de septiembre para dotar de presupuesto a la mermada partida.

Como explicó el concejal del área, Gabriel Torres, los recortes les llevaron a descartar la contratación de una orquesta y el alquiler de mesas y sillas para una cena que solía reunir a unas 2.000 personas, y para no eliminar por completo el acto, decidieron invitar a la gente a preparar la carne en sus respectivos casales --en lo que pretendía ser una copia de la xulla de Vila-real-- y la respuesta se pudo oler y sentir en la calle.

En algunas zonas más que en otras, el humo y el aroma a leña quemada y carne a la brasa fue el mejor testimonio de que los vecinos, al final, lo que quieren es aprovechar cualquier oportunidad para disfrutar del ambiente festivo. Si bien es cierto que en algunos puntos la tranquilidad era la nota dominante, en otras como la de Sant Roc se acumulaba el mayor número de torràs.

La Policía Local corroboró a última hora de la noche que las hogueras no fueron pocas.