La tecnología está siendo la mejor aliada para unir a las familias con enfermos ingresados o mayores que están aislados en geriátricos. Esta unión telemática posibilita conversaciones que insuflan fuerza, esperanza y alegría a aquellos que durante estas jornadas padecen lejos de sus seres queridos la soledad del aislamiento.

Mónica Angles Romero, vecina de Càlig, compartió en redes sociales una imagen que ejemplifica estos momentos. Utilizó la fotografía para mandar un agradecimiento a los sanitarios del Hospital de Vinaròs que cuidan de su padre. Saturnino está ingresado por coronavirus y salió el pasado miércoles de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Tras muchos días sin contacto con su mujer, hijos y nietos, pudo comunicarse con ellos. «Fue muy bonito, tanto para nosotros como para él. Le transmitimos energía y se puso muy contento de vernos», relata Mónica, quien añade: «Padecemos mucho desde casa por mi padre. Verle y poder intercambiar un rato de conversación nos levantó el ánimo a todos».

La alcaldesa de la localidad, Ernestina Borràs, está en permanente contacto con ellos y valora el trabajo de los sanitarios y personal que lucha contra la pandemia: «Brindamos nuestro apoyo para lo que necesiten. Están siendo días muy duros, pero al mismo tiempo vemos lo mejor de la sociedad». Recalca que en el pueblo han surgido voluntarios y otros que confeccionan mascarillas. El Ayuntamiento ha invertido más de 3.000 euros en material de desinfección.

Luz en la oscuridad

Algo más al norte de la provincia, en la residencia San Juan Bautista de Morella, una de las más afectadas de la provincia, que lamenta la pérdida de un tercio de residentes, 18 por coronavirus y 4 por otras causas desde que comenzó la crisis sanitaria, también impulsa videoconferencias entre mayores y familiares.

Desde la dirección del centro explican que transmitieron la idea a la Conselleria y, siguiendo las recomendaciones de las autoridades, optaron por esta vía. El Ayuntamiento desempeñó una labor fundamental y compró los dispositivos para hacerlo posible, gracias a las donaciones de entidades locales.

De este modo, el centro incorporó teléfonos móviles y tablets. Son los trabajadores quienes preparan las reuniones virtuales. «Contactamos con las familias y configuramos la conversación. Una vez iniciada hablan y se ven con sus familiares», manifiestan fuentes del centro.

La iniciativa es un éxito y todos están encantados. «Han sido muchas semanas sin apenas contacto. Ahora hablamos y nos vemos, se agradece muchísimo. Además, para ella, que tiene más de 80 años, es muy bueno porque durante un rato se distrae y vive mejor el confinamiento», señala el miembro de una familia que usa el servicio, quien añade que participan todos, «aunque lo que más le gusta es ver cómo juegan sus bisnietos». Son momentos de risas y les refuerzan «a todos».

Cabe recordar que la localidad se ha volcado en el campo de la solidaridad para afrontar la situación, con la campaña #AjudaAlTeuPoble, ofreciendo luz en medio de la oscuridad.