Vilafamés vuelve, un año más, a recordar cómo era la localidad hace un siglo con su muestra de vida tradicional. Una cita que consigue congregar a miles de curiosos aunque ayer, debido a la lluvia, la afluencia fue menor a la pasadas ediciones. «Hemos notado menos gente al inicio de la jornada que en años anteriores», comentó el máximo responsable del municipio, Abel Ibáñez. Con todo, la previsión del alcalde es que durante estas dos jornadas festivas la participación mejore.

Respecto a los atractivos de esta tradicional cita, Ibáñez destacó que, pese a las «muchas y variadas actividades», las más pintorescas y que suscitan un mayor interés son la corrida de toros en el Planet, prevista los días de feria en doble sesión (a las 12.30 y a las 19.00 horas), así como las indumentarias de época, especialmente, la de los guardias civiles.

El primer edil también valoró la calidad del apartado gastronómico, con las figues albardaes como uno de los productos estrellas. Con todo, los presentes pueden degustar otros dulces típicos como orelletes, pasteles de boniato, prims, almendrados y todo tipo de cocs dulces y salados.

La principal novedad de esta edición radica en el montaje de un velatorio de difuntos, tal como se hacía a principios del siglo XX. Además, los visitantes pueden encontrar una muestra de ornamentos religiosos, tejidos y pintura en la iglesia de la Assumpció, la ronda de quintos por el casco antiguo, los bailes tradicionales, una boda, cucañas y juegos infantiles o la tradicional procesión de Sant Miquel, mañana a las 20.00 horas.