La lluvia no impidió que los vecinos de Vilafamés cumplieran, un año más, con la tradicional procesión al ermitorio de Sant Miquel, que se celebra el cuarto domingo de cuaresma. No obstante, las inclemencias meteorológicas fueron el invitado no deseado, e impidieron que el celebrado en este 2019 fuera un acto tan multitudinario como el vivido en anteriores convocatorias.

No obstante, decenas de personas tomaron parte de la procesión de la mañana, que arrancó a las 8.00 horas, después del reparto de mistela y pasteles a todos aquellos que desafiaron al agua. El volteo de campanas y la suelta de cohetes fueron las señales de partida para iniciar el camino hacia el emblemático recinto de la localidad, en un trayecto en el cual los peregrinos realizaron diferentes paradas en los puntos que son habituales, como la plaza de la Font, la Cova Santa, la Pedra de Santa Anna y Sant Micalet. A la llegada a Sant Miquel, se repartió a los asistentes la típica fogasseta, para acto seguido tomar parte en la solemne misa.

RESGUARDADOS / La lluvia sí que afectó de manera negativa al desempeño de la tradicional comida campestre, por lo que cada uno de los peregrinos tuvo que buscar refugio en las diferentes estancias del ermitorio para poder pasar el mediodía. Las precipitaciones también influyeron en la vuelta de la romería, puesto que las procesiones se vieron obligadas a adaptarse. De este modo, tanto la Processó de les Creus, en la cual los niños de la catequesis llevan cruces hechas de brezo y cantan loas al santo; como la Processó dels Borratxos, que representa el encuentro de los romeros que acompañan a Sant Miquel y la Cofradía de Crist de la Sang, se tuvieron que realizar en el interior de la iglesia parroquial.

Anoche tuvo lugar la representación de los sainetes El pepino i el meló y Esto es uno disparate, a cargo de la compañía teatral Baladre, que puso fin a la jornada. De esta forma concluyó un animado fin de semana en el municipio, que incluyó diferentes actividades para todos los públicos, como el reparto de más de 500 raciones de tombet de bou en el mediodía del sábado, seguido de propuestas destinadas especialmente a los más pequeños, la exhibición de un toro cerril o la bendición de las fogassetes repartidas ayer.