Que el día grande de la Vilavella iba a tener que convivir con la lluvia ya se anunciaba de buena mañana, cuando todavía era de noche. Decenas de personas dieron por bueno el dicho popular de que «al mal tiempo buena cara», sobre todo con mucha devoción por su patrón Sant Sebastià, como pudo comprobarse en el Cant de l’Aurora, que a partir de las 6.30 horas interpretó la Confradia de la Mare de Déu del Rosari, anunciando el inicio del tradicional Dia de la Fira.

SIN LA IMAGEN

El ánimo no flaqueó, aunque hubo que tomar una decisión sentida por muchos. La imagen de Sant Sebastià, restaurada este año para celebrar su 75º aniversario, tuvo que ser trasladada a la glesia desde el dosel que durante los últimos días se ha podido visitar en casa de la clavariesa, este año la concejala de Patrimonio, Loles Orenga Valls.

Aún así, la subida al templo que corona la localidad al final del camí Calvari se desarrolló como estaba previsto, dado que la ermita cuenta con otra imagen del patrón. Numerosos vecinos, acompañados por la música del tabal i la dolçaina, coronaron la cuesta y mostraron su devoción en una misa cantada por la Coral de la Vilavella, dirigida por Joaquín Mechó Nebot.

El disgusto matinal tuvo su compensación con la procesión vespertina, con la que se dieron por clausurados los actos del día más relevante de sus fiestas patronales. A partir de las 19.00 horas, Sant Sebastià, con una imagen totalmente renovada tras la intervención del restaurador Andrés Ballesteros, recorrió las calles del pueblo acompañado por fieles y vecinos en general, encabezados por la Colla de Dolçainers i Tabaleters El Trull de Vila-real y con la Agrupació Musical Artística Santa Cecilia de la Vilavella para cerrar la comitiva.

Durante los próximos días el municipio seguirá en fiestas, con la cita central de la Marxa de Muntanya (campeoanto autonómico) del próximo domingo.