Moncofa y la Vilavella vivieron ayer una jornada de conmoción tras la muerte del moncofense de 36 años, Óscar Manuel López Isach, tras ser corneado el martes por un toro en las fiestas del barrio de Sant Xotxin vilavellense. Los dos municipios decretaron un día de luto oficial y se vivieron muestras de dolor y recuerdo al fallecido.

La Vilavella guardó un minuto de silencio frente al ayuntamiento, que izó las banderas a media asta. La alcaldesa de la localidad, Carmen Navarro, mostró su pesar por los hechos en nombre de la corporación municipal y recordó que el suceso fue “un terrible accidente”. Al respecto, apuntó que la víctima “tropezó antes de que fuera alcanzado por el toro; los testigos presenciales coinciden en que fue mala suerte”.

La munícipe defendió que, “en ningún caso”, el fatal desenlace tuvo que ver “con un problema de seguridad”. Para argumentarlo, recordó que, “los recintos taurinos de la Vilavella cuentan con unas medidas de seguridad adicionales, que no son habituales en otros municipios, colocando varias barreras intermedias en diferentes calles de este espacio que posibilitan aislar a los toros en puntos concretos para garantizar la evacuación de heridos”.

Por ello, a día de hoy, “no contemplamos cambios en el recinto”, informó Navarro. También explicaron que los festejos están organizados por una comisión local, que se encarga de todos los aspectos de los actos taurinos, incluidos la instalación y retirada de las barreras, y los seguros. El Ayuntamiento “contrata los servicios sanitarios y el soporte en cuestiones de seguridad con un refuerzo policial”, apuntaron.

Un representante de la comisión de Sant Xotxim, Juan Romero, manifestó el pesar de los organizadores y confirmó que todo estaba en regla, “conforme a la normativa vigente”.

ENTIERRO MULTITUDINARIO // Por su parte, Moncofa juntó dolor y emoción para despedir a su vecino. Antes del entierro celebrado por la tarde, el féretro fue trasladado desde un tanatorio de la Vall d’Uixó hasta su localidad natal. Más de cien motoristas, de la provincia y de Valencia, le acompañaron en el recorrido, ya que López formaba parte de un club de aficionados a las motos.

Una vez en el municipio, sus amigos trasladaron el ataúd a hombros desde su casa hasta la iglesia parroquial, separados por unos 400 metros. El templo se quedó pequeño, así como el exterior. Cientos de personas quisieron dar el último adiós al fallecido, muy conocido y querido en la zona, al ser vendedor en los mercados, entre ellos el de la Vilavella, al que acudía cada semana.

Su peña, El Tròpic, un colectivo taurino con mucha tradición en la localidad, también le rindió homenaje en el funeral.

El vecino de Moncofa ha sido la primera víctima de este año por una cogida en un acto de bou al carrer en la provincia. El consistorio vilavellense confirmó que, “sufrió una herida por asta de toro en zona cervical derecha penetrante y en tórax, entrando en shock hemodinámico”. H