Villa Elisa abrirá en el 2019 como un gran referente turístico sociocultural de Benicàssim y la provincia de Castellón. Las obras para la rehabilitación integral del palacete, paralizadas desde hace casi una década, han empezado y avanzan a buen ritmo.

Tanto la alcaldesa de la localidad, Susana Marqués, como el presidente de la Diputación, Javier Moliner, aseguraron ayer, en una visita a los trabajos, que el grueso de las obras acabará a finales de diciembre de este año.

La actuación fue finalmente adjudicada por un presupuesto de 1,8 millones de euros y consiste en la restauración interior y exterior de este inmueble.

Marqués anunció que «se está preparando el proyecto de desarrollo de los contenidos de la villa». «Debemos trabajar incansablemente para no perder ni un minuto más de este espacio», añadió. Y agradeció «el importante compromiso del ente provincial en la rubricación del programa con la aportación de un millón de euros a los que se suman 1,4 millones del Ayuntamiento».

Moliner destacó también «el esfuerzo de ambas administraciones por acabar con un asunto que se había enquistado desde hacía más de 10 años». «Teníamos muchas ganas de venir aquí y contar que Villa Elisa deja de ser un problema para empezar a ser una solución», subrayó el presidente.

Moliner, que acudió acompañado del diputado de Cultura, Vicent Sales, apuntó la voluntad de «convertirlo en el gran referente del turismo de Benicàssim» y «en un espacio de oportunidades en el que celebrar multitud de eventos sociales, culturales y de toda índole, que dote a la provincia de un espacio privilegiado». A la visita también asistieron el concejal de Urbanismo, Carlos Díaz; y el de Cultura, Javier Alonso, entre otros ediles, así como el arquitecto municipal Miguel Álvarez.

SINGULARIDAD // Los trabajos pretenden respetar la singularidad del palacete construido en 1943. Pero al mismo tiempo se dotará de los espacios necesarios para transformarlo en un lugar imprescindible para usos múltiples, con sala de exposiciones, actos, recepciones, aulas multiusos y tecnológicas, entre otras dependencias que servirán para el funcionamiento del complejo.

Además, por otro lado, el edificio auxiliar, es decir, el antiguo almacén, se convertirá en una moderna cafetería que dará servicio de restauración al edificio y, probablemente, también al público de manera abierta.