Vecinos de la comarca de la Plana Baixa, pero también de Valencia, Zaragoza, Madrid y hasta de Francia son los nuevos inquilinos de las urbanizaciones que hay en la playa de Moncofa y que, hasta hace poco, estaban abandonadas. Y es que este municipio ha visto en los últimos ejercicios y, especialmente, en lo que va de año, cómo se reactiva la venta de viviendas en la zona marítima.

“Las inmobiliaras registran entre tres y cuatro visitas a diario de posibles compradores. Se nota que hay más movimiento y se está reactivando el sector”, señala el alcalde de la localidad, Wenceslao Alós, quien cifra en 1.000 los apartamentos que ya se venden al año en la población. Este movimiento se constata en el número de turistas, lo que se refleja en una mayor actividad de los comercios, así como en el aumento del nivel de ingresos que entran en las arcas municipales, a través del pago de los diferentes impuestos, como el IBI.

“Los precios son muy económicos, por lo que la gente se anima a comprar”, remarca el munícipe. Y es que el valor de los pisos, que suelen tener dos habitaciones, ronda los 60.000 euros. La mayoría de estos inmuebles son propiedad de entidades bancarias o de la Sareb, el llamado banco malo. Y es que son construcciones levantadas hace ya algunos años, cuando la burbuja inmobiliaria estalló. Para sacar rédito de estas casas, los precios han caído considerablemente y los grandes bloques de urbanizaciones que parecían casi fantasmas, con pistas de pádel y piscinas abandonadas, se han llenado de residentes.

“Se nota más alegría, aunque los precios, de momento, no están subiendo”, indican desde una inmobiliaria moncofense. Desde otra oficina de venta de viviendas de la localidad destacan el hecho de que los compradores sean de otras provincias españolas.

todo el año // Además, muchos de estos nuevos vecinos no solo viven durante los meses de verano, ya que aprovechan las vacaciones, los puentes festivos y algunos fines de semana para acercarse hasta su segunda residencia. También se da la circunstancia de que son cada vez más los que optan por vivir en la playa durante todo el año, posibilitando que algunos establecimientos abran los 12 meses.

Con el objetivo de ofrecer un mayor atractivo, el Ayuntamiento decidió alargar los 12 meses el mercado de los sábados, aunque durante la temporada baja ha contado con menos paradas. H