El Consell aprobó ayer el código de buen gobierno de la Generalitat, que fija las normas de conducta para los altos cargos de la Administración de la Generalitat y del sector público instrumental, con el fin de favorecer el desarrollo de unas administraciones públicas íntegras, transparentes, eficaces y eficientes, y reforzar así, según el Consell, los vínculos de confianza entre los ciudadanos y las instituciones.