La actual presidenta del PPCV, la valldeuxense Isabel Bonig, exhibió ayer más de 7.000 avales --1.595 de Castellón-- en el pistoletazo de salida de la carrera por las primarias en el seno del partido, un proceso sin precedentes hasta ahora en la formación. Mientras, el único competidor con el que contará Bonig ante el congreso regional que se celebrará los días 1 y 2 de abril, José Luis Bayo, formalizó su candidatura con apenas 203 firmas de militantes.

La lideresa popular, que fue nombrada para su cargo tras la salida de Alberto Fabra y, por tanto, no ha sido ratificada al frente del partido en un congreso, parte, por tanto, en una clara posición de favorita, sin prácticamente oposición en sus filas.

Isabel Bonig se mostró convencida de que este proceso supondrá «un revulsivo para el partido» y la «reactivación de las sedes», aunque ha reconocido que le habría gustado disponer de más tiempo y sosiego, ya que «ha sido la dirección nacional la que ha marcado los tiempos».

«Gracias a las tres direcciones provinciales y a todos los que han avalado la candidatura por volcarse en un proceso que no es fácil, que es novedoso, ya que por primera vez el PP valenciano va a elegir a su presidente», dijo.

«Hay una movilización sin precedentes en el partido, espero estar a la altura. La gente tiene ganas de participar y espero que ningún partido de la izquierda nos diga que el PP no es democrático, porque lo somos tanto como cualquier otro, un partido de gobierno que saldrá reforzado con el objetivo de recuperar la Generalitat, ayuntamientos y la Diputación de Valencia», agregó.

En referencia al censo de militantes y simpatizantes, Bonig explicó que asciende a 150.000 personas, aunque no especificó cuantos pertenecen a cada grupo, y que el partido ha hecho un gran esfuerzo por poner orden en los mismos y reclamar el pago de cuotas. En la provincia de Castellón, fuentes del partido sitúan el número de afiliados en 15.000.

Por otra parte, el mencionado candidato a la presidencia del PP regional José Luis Bayo denunció ayer presiones y amenazas por parte del comité organizador del congreso recibidas, según explicó, por un afiliado que ha respaldado su opción y cuya mujer trabaja en una entidad pública.