El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) lo recordaba en un informe publicado el pasado mes de agosto: «La realidad de la covid-19 es que hay un gran número de casos asintomáticos con capacidad de transmitir y que la transmisión se da la mayoría de las veces antes de los síntomas». «La realización de programas de detección en colectivos asintomáticos - subrayaba el CSIC en este estudio- permitiría identificar rápidamente a más personas infectadas y así tomar oportunamente las medidas necesarias para evitar infecciones masivas». También Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, advertía hace unas semanas de que la detección de asintomáticos es importante porque está relacionada con la capacidad de diagnóstico precoz y con la puesta en aislamiento de dichas personas. Los expertos coinciden en que no detectar positivos asintomáticos suele ser señal de que el rastreo de casos de covid-19 tiene que mejorar. Cuando se localiza a una persona con covid positivo, los médicos de atención primaria llaman a sus contactos estrechos para realizarles la prueba PCR y para preguntarles qué contactos han tenido. Estos segundos contactos también han de ser sometidos a los PCR. Así que es de cajón: cuantos más test se hagan, más positivos se detectarán, con o sin síntomas, y más controlado estará el rastro del virus. Por lo tanto, que la Comunitat Valenciana presente cada vez menos casos asintomáticos en los informes semanales del Instituto de Salud Carlos III no es una buena noticia.

En su último estudio del 16 de septiembre, el organismo científico dependiente del Ministerio de Sanidad recoge que de los 21.871 casos detectados en la Comunitat desde el 10 de mayo, el 61 % (13.336) presentaban síntomas. Por lo tanto, el 39 % de los positivos detectados mediante PCR (8.526) eran personas asintomáticas. Esta tendencia a la baja en la detección de asintomáticos valencianos va en dirección contraria a la del conjunto de España, donde desde mediados de agosto se localizan cada vez más positivos sin síntomas. El informe del ISCIII del 17 de julio recogía que en nuestra autonomía el 53,7 % de los casos detectados eran positivos, un porcentaje muy similar al de la media estatal (55,1 %). A 16 de septiembre, mientras que en la Comunitat los asintomáticos detectados son el 39 %, en el conjunto de España ya son el 53 %. Es decir, mientras que en el porcentaje de asintomáticos detectados en toda España apenas ha descendido un 2 % entre julio y septiembre, en Valencia, Castelló y Alicante la caída de estas detecciones ha sido del 14,7 por ciento. Si se hacen pocas pruebas PCR el número de asintomáticos que pasa desapercibido es alto, con el consiguiente riesgo de contagios. Con 139,33 test por cada mil habitantes calculados esta semana, la Comunitat Valenciana sigue estando por debajo de la media nacional en pruebas realizadas (162,93 por mil habitante).

Pese a todo, pese a ser actualmente la séptima autonomía de 19 en la que menos positivos sin síntomas se han localizado y la octava en la que menos PCR se han realizado, la Comunitat sigue siendo una de las que presenta la incidencia más baja por cada 100.000 habitantes (119,8 en los últimos 14 días). Pero el rastreo para la detección precoz de casos y de contactos ha de mejorar, ya no solo para reducir la incidencia, sino sobre todo para evitar que el sistema sanitario se colapse. La Conselleria de Sanidad insiste en que se ha contratado a 1.329 personas, a los que se han de sumar los 150 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que ha solicitado el Consell, para hacer la labor de rastreo en toda la Comunitat pero la realidad es que, cuando llegan a los ambulatorios faltos de personal, terminan ocupando bajas o vacaciones y el rastreo se reparte entre todo el equipo de los desbordados centros de salud, ya saturados antes incluso de la pandemia. «La labor de rastreo se está comiendo el 80 % del trabajo habitual de los centros de salud», ha advertido a este periódico Luis Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría. La presión sanitaria, de momento, está en los centros de Atención Primaria.

Tanto es así que, tal como recogía ayer este periódico, sus médicos están dispuestos a convocar una huelga si la Conselleria de Sanidad no atiende a sus demandas para solucionar el colapso que se vive en los centros de salud tras haber asumido también el rastreo de los contactos de coronavirus. A este respecto, el portavoz de Sanidad del Grupo Popular en Les Corts, José Juan Zaplana, afirmó ayer que la consellera Ana Barceló «está dinamitando la sanidad valenciana en el peor momento», aseveró para rematar que los problemas de la Atención Primaria «son evidentes». «Los profesionales están desbordados y es evidente que en este momento de pandemia no se puede prescindir de ellos -subrayó ayer Zaplana-. Barceló debe escuchar y llegar a un acuerdo lo antes posible, en lugar de echar la culpa a todo el mundo». Y al mismo tiempo que profesionales y oposición apuntan a un nuevo colapso de la sanidad valenciana por culpa del coronavirus, los datos muestran que, si bien la situación es preocupante, la Comunitat se encuentra en mejor posición para afrontar esta segunda ola de la pandemia. Por ejemplo, el último informe del ISCIII indica que la Incidencia Acumulada (IA) de casos de coronavirus durante la semana del 7 al 13 de septiembre (la última de la que se tienen datos) en la C. Valenciana es la menor de toda España: 38,6 casos por cada 100.000 habitantes frente a los 114,5 del total estatal. En la Comunidad de Madrid, la que presenta una IA más elevada, se han detectado en la última semana 326,6 casos por cada 100.000 habitantes. Tres semanas antes, la IA valenciana era de 79,2 casos por cada 100.000 habitantes y hace dos de 64,2. Son cifras, sin embargo, aún muy lejanas, por ejemplo, a los 2,2 casos por 100.000 habitantes que el mismo instituto de salud contabilizaba en la Comunitat a mediados de julio. A partir de entonces, los positivos detectados se fueron incrementando.