La destitución de Julià Álvaro como secretario autonómico de Medio Ambiente puso fin ayer a meses de tensiones y desencuentros en la Conselleria de Medio Ambiente, liderada por Elena Cebrián, que se ha visto inmersa en una dilatada crisis política. A Álvaro le sustituye en su cargo Fran Quesada, maestro con una larga trayectoria ecologista en la Vall d’Albaida y militante de Compromís.

Álvaro mantuvo diferencias con la consellera Cebrián prácticamente desde el inicio de la legislatura y uno de los conflictos más importantes giró en torno al sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) de envases, una medida de separación de residuos en origen cuya implantación fue rechazada por el sector y finalmente paralizada debido a que no era bien vista por buena parte del Consell.

Pese a todo, durante un tiempo Álvaro no se rindió y, entre otras cuestiones por eso, muchos en Compromís le han acusado de querer actuar como conseller en la sombra en una Conselleria con dos áreas claramente diferenciadas (Medio Ambiente y Cambio Climático por una parte y Agricultura y Desarrollo Rural por otra).

El ya exsecretario autonómico es líder de Els Verds-Equo en la Comunitat, uno de los tres partidos que conforman la coalición Compromís junto al Bloc Nacionalista Valencià e Iniciativa. Por su parte, Cebrián es independiente propuesta por Compromís.

Por ello, los equilibrios internos en la formación valencianista y la voluntad de evitar una crisis en el Consell hicieron aparcar durante meses el conflicto, en el que llegó intervenir la vicepresidenta Oltra, pero finalmente Álvaro fue cesado. La duda es qué ocurre con altos cargos de segundo nivel de su confianza, como Joan Piquer o Délia Álvarez (directores generales de Cambio Climático y de Prevención de Incendios Forestales).

EL FIN DE UNA ETAPA // Precisamente, Oltra aseguró ayer que la destitución de Álvaro no se debe a una «pérdida de confianza» por parte de la consellera, sino a que el dirigente de Els Verds ha «cubierto una etapa». La portavoz del Consell añadió que Cebrián busca dar «un nuevo impulso político» a líneas como el cambio climático, la finalización del plan integral de residuos o el refuerzo de la protección de espacios naturales.

La decisión no gustó en Equo, socios de Els Verds, ya que según su portavoz y diputado en el Congreso, Juantxo López de Uralde, supone una «bofetada sin paliativos al ecologismo político».