Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondientes al cuarto trimestre del pasado año muestran la complejidad en la que se mueve el mercado laboral de Castellón tras la irrupción del coronavirus en el mes de marzo. Hay una parte positiva, con la disminución de la tasa de paro, pero también se detecta una pérdida de trabajadores. Aun así, la actividad económica de la provincia muestra una mayor resistencia a esta crisis, gracias al papel de la industria cerámica y la agricultura.

Después de varios trimestres de subidas, la tasa de paro baja y se sitúa en el 14,12%. Supone una mejora del 0,65% respecto al trimestre anterior, y también un ligero descenso sobre el 14,29% registrado justo un año antes. La EPA contabiliza un total de 39.400 desempleados, 1.100 menos que el pasado año. La Comunitat cerró el 2020 con el 14,79%. Dentro del territorio autonómico llama la atención el dato de Alicante, con el 19,4%, lo que refleja los estragos de esta crisis en el turismo. España se encuentra en el 16,1%.

La razón que explica que haya menos desempleados respecto al pasado año hay que buscarla en uno de los criterios empleados para elaborar la EPA. Las personas que están afectadas por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) no cuentan como parados, pese a no desempeñar actividad laboral y percibir una prestación pública. El 31 de diciembre estaban dentro de este supuesto 3.720 personas, por lo que la suma daría números negativos.

La población activa, que recoge tanto a los que trabajan como a los que buscan empleo, se sitúa en 279.100 personas, con un descenso de 4.200. Parte de ello puede deberse al movimiento demográfico en una provincia donde crecen más los mayores que los jóvenes.

Menos trabajadores

El número de personas que trabajan en Castellón es de 3.100 menos que hace un año. De las 242.800 del cierre del 2019 a las 239.700 actuales. Fue en julio cuando se tocó fondo, al perderse 10.000 empleados en solo seis meses. El punto de inflexión llegó en octubre, con una subida de 6.800 personas, al quedar reflejado el desconfinamiento de la hostelería, la buena marcha de producción en las fábricas de azulejos y un arranque de la campaña citrícola con más fruta en los árboles, y su consiguiente impacto en la contratación de gente en los campos y los almacenes. En el final del 2020 hubo muy poco movimiento, con apenas una mejora de 100 personas, aunque se ha logrado encadenar dos trimestres consecutivos de incrementos.

Por sectores destaca la industria, que sube en 1.500 personas desde octubre. Aún así, el balance anual es negativo, al perderse 1.000 empleos. El único sector que tiene una mejora a lo largo de este ejercicio es el de los servicios. Es el que más gente emplea, con 158.700 personas, y la subida es de apenas 500. En este apartado se incluye el comercio, que en buena parte se mantuvo activo en el inicio de la crisis. La agricultura emplea actualmente a 9.600 personas, lo que supone una pérdida de 2.300 en el último año. Es el sector que recoge la mayor parte de los 3.100 empleados menos de la provincia. Respecto a la construcción, cuenta con 15.200 trabajadores, con apenas una merma de 300 desde diciembre del 2019, pero un aumento de 700 en el trimestre.

Reacciones

Desde la Generalitat, el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedéu, valoró que la Comunitat fue de las que tuvo mayor descenso del paro en el último trimestre, mientras que el aumento anual fue menor al registrado por el conjunto de España.

Por parte de la oposición, el diputado nacional del PP Óscar Clavell mencionó que la EPA "evidencia la tendencia negativa en el mercado laboral que se agravará con la crisis del coronavirus".

La patronal CEV constató que la evolución «no ha sido homogénea ni por sectores ni por provincias», y destacó el dinamismo mostrado en la industria de Castellón.

Desde CCOO, Albert Fernández expresó el mantenimiento de la industria en el 2020, aunque incidió en que hay menos población activa. Por parte de la UGT, Francisco Sacacia puso el acento en que hay menos personas con trabajo, aunque el impacto de la crisis ha sido más moderado en Castellón gracias al azulejo o la temporada citrícola.