«Aplicar cinco líneas irrenunciables para cambiar el rumbo de la Conselleria de Educación antes de que sea demasiado tarde» y que Educación no sea para Marzà. Es lo que exigió ayer la portavoz de Educación del PP en Les Corts, Beatriz Gascó, al nuevo Pacte del Botànic, a quien reclamó, asimismo, «un cambio radical» en las políticas por ser «uno de los problemas que más preocupa a los valencianos» y una de las áreas donde el president, Ximo Puig, «ha cosechado sus mayores fracasos en la legislatura».

Advirtió de que las políticas educativas implantadas por la izquierda han tenido más de 40 sentencias contrarias y han logrado «enfadar a todo el sector educativo sin excepción», desde las familias, equipos directivos, docentes, interinos e inspectores.

En primer lugar, Gascó pidió «un compromiso firme por una educación plural», donde se dé «estabilidad jurídica a las familias y se garantice que los padres puedan optar al mismo modelo desde que escolarizan a sus hijos hasta que terminen la educación en el mismo centro, sea obligatoria o posobligatoria». Desde el PP solicitan, asimismo, más presencia del inglés, permitiendo a los centros «crecer en esta área todo lo que puedan ofertar y las familias demanden», y que el castellano «siempre se imparta como asignatura troncal, por ley».

«SIN SECTARISMOS» // El tercer «compromiso irrenunciable» debe ser «dotar económicamente al decreto de educación especial». Gascó pone el acento en la universalización de la escolarización de 0 a 3 años en colaboración con los centros público-privados, y que se haga un bono infantil con ayudas del 100% a todas las familias y en todos los niveles.

Y reclamó «la transparencia a través de la rendición de cuentas y la evaluación del sistema educativo», pues, según la diputada popular, «la opacidad ha sido otra característica del anterior Botànic y queremos que no se siga trabajando de la misma forma».

La popular reclamó a Puig que «no vuelva a entregar Educación a alguien que actúa con sectarismo» y le instó a poner al frente a una persona «que no sea radical ni independentista, que no anteponga su partido a los alumnos, que reciba a todo el mundo y no solo a los de su cuerda, y que apueste por un educación plural». «No puede volver a convertir esta área en su corralito», afirmó.