La Generalitat pidió ayer al Gobierno central que toda la Comunitat Valenciana pase el próximo lunes, 11 de mayo, a la fase 1 de la vuelta a la normalidad o desescalada que aligera considerablemente las medidas de confinamiento impuestas por el estado de alarma y que se redujeron levemente el pasado 2 de mayo. Pasar a la fase 1 permitirá reuniones de amigos de hasta diez personas, permitir a los bares y restaurantes abrir el 50 % de su capacidad o la apertura de comercios sin cita previa.

En principio, la petición para superar la etapa de fase cero se habría solicitado para todas las áreas de salud de la Comunitat Valenciana. No obstante, el hermetismo fue absoluto sobre los detalles de la petición dirigida por la Conselleria de Sanidad al Ejecutivo central y sobre el cumplimiento de los requisitos exigidos por el Ministerio de Sanidad.

Únicamente transcendió, según adelantó la «Cadena Ser», que además de la petición de pasar a la fase 1, la Conselleria de Sanidad también ha solicitado autonomía a la Comunitat Valenciana para modificar las franjas horarias que permiten los paseos, sobre todo por las altas temperaturas que ya se registran en la Comunitat Valenciana. O el permiso para autorizar el baño en las playas de las tres provincias .

Respecto al resto de requisitos exigidos por el Ministerio de Sanidad para autorizar el paso a la siguiente «pantalla» del confinamiento, la Generalitat mantuvo un silencio rotundo. El mantra que se repite desde el pasado fin de semana es que la Comunitat Valenciana está «preparada» para pasar de la fase 0 a la fase 1 de la desescalada porque dispone de los suficientes «recursos humanos y materiales» para cumplir los requisitos del Gobierno central.

Los requisitos

Entre otros datos, el Ministerio de Sanidad exige a la Comunitat Valenciana (y al resto de autonomías) la tipología de casos sospechosos y positivos de los últimos siete días recabados tanto en atención primaria como en los hospitales, el total de camas de enfermos agudos o de unidades de cuidados intensivos y las que han estado ocupadas en la última semana. También el material de protección del que disponen para su uso y en reserva (equipos de protección, mascarillas, batas, gafas, medicación, test...) Se debe garantizar un «modelo de alerta y vigilancia epidemiológica» que permita seguir y rastrear los nuevos contagios que se produzcan en las próximas semanas.

El departamento que dirige Salvador Illa exige además que se realicen pruebas PCR (siglas en inglés de «polymerase chain reaction»: reacción en cadena de la polimerasa, la prueba más fiable) dentro de las 24 horas siguientes a que los pacientes presenten síntomas. La Generalitat también debe acreditar que dispone de 2 camas UCI (unidad de cuidados intensivos cada 10.000 habitantes y de 37 a 40 camas de enfermos agudos por cada por 10.000 habitantes para poder hacer frente a un hipotético rebrote de coronavirus.

Datos concretos que, a día de hoy, siguen sin facilitarse por parte de la Generalitat. Tanto el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como la consellera de Sanidad, Ana Barceló, únicamente han señalado en los últimos días que «seis de cada diez diagnosticados ya se han curado y solo tres de cada diez casos siguen activos» y que el número de personas ingresadas en la UCI está en «su nivel más bajo» desde el 22 de marzo al reducirse un 74% los pacientes ingresados. Barceló defendió en su comparecencia del martes que la Comunitat Valenciana está «preparada» y dispone de «los suficientes» recursos humanos y materiales para cumplir con los requisitos del ministerio.