Si ya fue duro para muchas personas, cada uno con sus circunstancias personales y laborales, soportar tres meses de confinamiento, encontrarse con una notificación de una sanción de 601 euros provoca rememorar aquellas semanas, con más indignación si cabe.

Le ha sucedido a María, una jubilada de 65 años, residente en Godella. El pasado 25 de marzo, fue sancionada por una patrulla de la Policía Local de Rocafort por desplazarse desde su municipio al vecino, para llevar comida a su hija, con dos hijos pequeños. Ahora le ha llegado la notificación de la multa de 601 euros.

Pero detrás del incidente, hay un motivo, humano concretamente. Según explica María a este diario, su hija es médico en el departamento de salud del Arnau de Vilanova. Está casada y tiene dos hijos pequeños, de cuatro y un año.

Durante los primeros diez días del estado de alarma, la hija de María había iniciado la fuerte lucha contra los efectos del coronavirus, al igual que miles de sanitarios valencianos. Justo ese 25 de marzo, la mujer decidió acercarse hasta Rocafort, donde vive la médica con su familia, para llevarles alimentos, dado que la joven había trabajado ese día hasta la hora de comer.

«Cogí la comida y me acerqué hasta Rocafort. Fue llamar y entregarla, y justo en ese instante, una patrulla de la Policía Local me paró y me pidió la documentación, además de preguntarme qué hacía en la calle a esas horas», relata María. Al ver lo sucedido, la hija de la mujer salió a la calle y trató de explicar a los agentes que es sanitaria, tiene dos hijos pequeños y que su madre había ido a llevarles comida.

No sirvió de nada. Pese a que en ese momento no les entregaron boletín sancionador, esta semana María ha recibido una notificación que le comunica que ha sido multada con 601 euros por una «infracción grave» que acarrea sanciones de hasta 30.000 euros. Según, el expediente se acusa a María de haber incurrido en un acto de desobediencia de las limitaciones de la libertad de circulación acordadas por la autoridad competente durante la vigencia del estado de alarma.

María señala que abonará la sanción para que solo le cueste el 50% por pronto pago, pero muestra su «indignación» por la «falta de sensibilidad y de sentido común» por recibir una multa «por llevar comida a mi hija que trabaja como médico en plena pandemia y para mis nietos».

Además, señala que no tuvo contacto alguno con su hija, ya que bajó del coche, dejó la bolsa con los alimentos junto a la puerta de la vivienda, volvió al vehículo y su hija salió y la recogió. Con el cabreo en el cuerpo nada más recibir la sanción, la propia hija de María se acercó a la comisaria de la Policía Local de Rocafort para mostrar su malestar por lo ocurrido. «Encima me dijeron que diera gracias que no habían sancionado a mi madre con 1.500 euros», lamenta la sanitaria.