La patronal autonómica Cierval, en preconcurso de acreedores, se reúne hoy para estudiar si resuelve su liquidación y da paso, de ese modo, a las pretensiones de la organización empresarial de la provincia de Valencia (CEV) de constituirse como organización regional, un asunto que el presidente de la CEV, Salvador Navarro, ya ha anunciado como objetivo y que se discutirá en una reunión que está prevista para el próximo 3 de marzo.

En relación con este tema, el máximo representante de Cierval, José Vicente González, dijo ayer durante la inauguración de la feria de la cerámica, Cevisama, que la decisión que se adopte debe ser «coherente» con el futuro que se pretende para la patronal regional y para las tres organizaciones que la componen, incluida la castellonense CEC.

Esta última adeuda unos 800.000 euros a la patronal autonómica, así como la alicantina Coepa tiene pendiente de pago cantidades importantes, aunque cuenta con un acuerdo de condonación del 95% del importe, suscrito en noviembre.

Esta podría ser una de las razones por las que Navarro ha responsabilizado únicamente a la organización castellonense de la precaria situación económica de Cierval. Por su parte, el presidente de la gestora de la CEC, Néstor Pascual, ha rechazado en repetidas ocasiones la exclusividad de esa responsabilidad al recordar que las decisiones «no las tomaba solo Castellón... o alguien dejaba que llegase donde ha llegado».

efectos del proceso // En todo caso, si Cierval quiebra, el futuro de las patronales territoriales de Castellón y Alicante será muy complicado, «letal» según dijo el presidente de la patronal autonómica, José Vicente González, a finales de diciembre pasado.

Como informó entonces Mediterráneo, lo hizo tras la asamblea general de la entidad por la que se aprobaron las cuentas del año 2015 y, con ellas, unas pérdidas de 1,5 millones, que le han llevado a solicitar el preconcurso de acreedores. Fue una advertencia lanzada por González a sus socios y fundadores CEC y Coepa, después de que estas apoyaran inicialmente la reforma estatutaria planteada por la dirección de la organización para después bloquearla, orientando con esta decisión a Cierval hacia su desaparición. Se trataba de una modificación de las reglas del juego internas que no satisfacían a Castellón porque restaría ingresos y capacidad de decisión en el seno de la entidad regional.

Independientemente de lo que hoy martes decida Cierval, los plazos corren y el próximo 27 de febrero vence el ultimátum para que las provinciales que la fundaron salden sus deudas.