De aquellos lodos, estas penas. La Audiencia Provincial de Valencia comunicó ayer la sentencia del caso Emarsa, que enjuició el saqueo de la Empresa Metropolitana de Aguas Residuales (EMARSA), que condena a penas de hasta 12 años de cárcel a los principales acusados, varios de los cuales eran cargos medios del PP. La pena más alta fue para el arrepentido Esteban Cuesta, ex gerente de Emarsa y exalcalde de una pedanía de València, que fue castigado con 12 años y medio de cárcel, mientras que Enrique Crespo, exvicepresidente popular de la Diputación de Valencia, exalcalde de Manises y expresidente de la entidad, fue condenado a diez años de prisión.

José Juan Morenilla, exgerente de EPSAR, otra de las empresas investigadas, fue condenado a nueve años y para Ignacio Bernácer, exjefe de Explotaciones de Epsar, la pena, tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía y devolver parte del dinero saqueado, quedó en 3 años y seis meses de prisión.

DOS VECES POSPUESTO // El juicio por la pieza principal de este caso, que se pospuso dos veces, quedó visto para sentencia el pasado 14 de diciembre tras cerca de un centenar de vistas en ocho meses y siete años de instrucción, que llevó a procesar a exdirectivos de las empresas públicas Emarsa, Emshi y Epsar y a varios empresarios, por delitos de malversación de caudales públicos, cohecho, blanqueo, prevaricación y falsedad. Los 24 acusados fueron condenados en una sentencia de 2.300 folios que es recurrible.

Una denuncia del PSPV en 2010 dio inicio a las investigaciones, que se centraron en los seis años anteriores pero se sospecha que las irregularidades pudieron comenzar a cometerse a finales de los 90. Según la instrucción, el desfalco se habría realizado de dos formas. Por un lado, el aumento injustificado del precio en el tratamiento de los lodos y, por otro, comisiones en obras y otras acciones de explotación. El desfalco provocó la quiebra de Emarsa y un notable encarecimiento del recibo del agua, que incluye un canon por su saneamiento.

Cuesta confesó que él y los otros tres principales encausados se repartían sobres con las comisiones por elegir a determinadas empresas para hacer las obras o tratar los lodos. «Yo lo recibía y lo repartía en cuatro partes iguales. Les llamaba y les decía han llegado los camiones o tengo unas fotos que quiero enseñarte y Crespo me decía vente esta tarde a mi casa o la alcaldía o a la salida de este restaurante”, señaló Cuesta, que explicó que en cada «sobre de lodos» podía haber 8.000 euros y que los cobraban mensualmente.

La instrucción destapó que Emarsa pagó vuelos y la estancia en diferentes hoteles de lujo de mujeres de nacionalidad rumana, que en su día los responsables de la empresa dijeron que eran empresarias y traductoras.

Ramón Marí, el dirigente socialista que denunció el caso Emarsa, se mostró satisfecho porque «después de ocho años de trabajo e investigación», se hayan confirmado sus denuncias sobre la trama corrupta que montó el PP en la empresa pública que gestionaba la depuradora de Pinedo.