Un estudio de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) revela que la aplicación de plaguicidas mediante riego por goteo evita la deriva y el arrastre por el viento de estas sustancias, lo que propicia que mejore la calidad del aire del medio ambiente.

As, los científicos han comparado la pulverización tradicional frente al uso de la irregación para aplicar la sustancia sobre la raíz de la planta directamente y han comprobado que hacerlo de esta última manera evita la transmisión a la atmósfera. Pero, además, logra que no se produzca el efecto de derivación hacia otros componentes del entorno como el cuerpo humano y por tanto la producción de potenciales efectos sobre la salud, por ejemplo, de los propios agricultores.