El president de la Generalitat, Ximo Puig, manifestó ayer que sería «oportuno» que tanto Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) como otros partidos facilitaran la creación de un gobierno progresista en España tras el acuerdo alcanzando en este sentido por el PSOE y Unidas Podemos. Así lo manifestó en el transcurso de una visita a Barcelona durante la que se reunió con el secretario general de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, y asistió a la entrega de unos premios de la patronal Foment del Treball.

«No pedimos un cheque en blanco ni que se esté de acuerdo con el gobierno que propone Pedro Sánchez, sino que se ayude a salir de una situación de impasse que perjudica a los ciudadanos y que es la alternativa posible», aseguró Puig en una comparecencia conjunta con Iceta tras reunirse con el dirigente catalán. Para el líder valenciano, un hipotético ejecutivo de progreso en España sería un «gobierno de esperanza para superar desigualdades profundas y para buscar fórmulas de encaje para vivir juntos».

Horas antes de su viaje a Cataluña, donde también asistió a la entrega de los Premis Carles Ferrer Salat de la patronal catalana y donde finalmente no acudió Quim Torra, Puig ya se había pronunciado sobre esta misma cuestión y rechazó que la opción que contemple el PSOE sea «ceder nada a ERC», sino que «simplemente se le está exigiendo que facilite la formación de gobierno, como se le pide también a Ciudadanos».

ICETA TAMBIÉN PIDE APOYO // Tambien Iceta apostó por esta fórmula e instó a las formaciones independentistas --ERC, pero también Junts per Catalunya-- a reflexionar acerca de su posición en una posible sesión de investidura. «Se entendería muy mal que quienes defienden el diálogo impidieran la formación de un gobierno que se expresa a favor del mismo», afirmó.

DESFRONTERIZAR // Puig también abogó por superar el bloqueo actual y «desfronterizar» la política «en todos los ejes, tanto en el nacional y territorial como en el social». Asimismo, defendió el diálogo con el independentismo catalán «dentro del marco legal que es la Constitución», que cree que es un instrumento a través del cual llegar a acuerdos «que faciliten la convivencia». De hecho, fue contundente al asegurar que «no hay alternativa al diálogo» en el actual contexto político, y criticó a quienes han aprovechado el procés para dividir a la ciudadanía.

Al mismo tiempo, y pese a reivindicar la existencia de una «vía valenciana» para la convivencia, el president negó que sea el papel de la Comunitat funcionar como un «espacio de mediación» entre diferentes visiones de España. «Los problemas tienen que solucionarse en las instituciones», sentenció Puig.