El President de la Generalitat, Ximo Puig, ha reivindicado una “vía valenciana” para dar respuesta a la actual crisis territorial en España mediante una refundación del Estado autonómico que permita, desde el diálogo, reformar la Constitución y avanzar hacia un Senado federal, una mayor cooperación entre administraciones y un nuevo sistema de financiación autonómica.

El jefe del Consell se ha pronunciado en estos términos en Barcelona durante la conferencia sobre ‘Competitividad mediterránea y gestión de la diversidad’ impartida en el Cercle d’Economia, donde ha abogado por dar una respuesta “urgente” a esta situación para que “ni en Catalunya ni en el resto del Estado arraigue la desafección y el enfrentamiento”.

En este sentido, Puig, en una intervención en la que ha apelado al legado de Ernest Lluch para entender la realidad plural de España, ha mostrado especialmente su disgusto con que haya emergido un estado de opinión “que favorece la desunión y dificulta que las legítimas discrepancias políticas compartan un marco democrático”.

Según el diagnóstico trazado por el President, “existe un problema territorial más allá de Catalunya y que es producto del agotamiento del Estado autonómico” y, para hacerle frente, resulta necesario “refundarlo”. Para ello, en primer lugar, debe constituir una “meta próxima” la reforma constitucional, algo que se debe afrontar “desde un diálogo permanente, normalizado y abierto”, ha indicao.

“Quisiera que la reforma constitucional hiciera posible regresar al Estatut que, tras la sentencia del Tribunal Constitucional, dejó fuera de juego muchas de sus previsiones y esparció una sentida humillación entre los millones de catalanes que habían confiado en su futuro”, ha indicado Puig, que ha apostado por abrir una “ventana de diálogo leal” que permita reivindicar que “España es más con Catalunya y que Catalunya es más con España”.

Además, ha propuesto una reforma del Senado que esté en sintonía con otras cámaras federales como el Bundesrat y que contribuya a “canalizar los debates territoriales sin las actuales y esterilizantes duplicidades” con el Congreso.

Asimismo, en tercer lugar, ha apostado por una presencia territorial equilibrada de los organismos del Estado y ha argumentado en este sentido que los países federales han hecho de la ubicación de sus instituciones “algo muy alejado de lo que contemplamos en España, donde inercialmente se considera que casi todo debe tener su sede cerca de la Puerta del Sol” de Madrid.

Además, como cuarto punto para disponer de un mejor modelo territorial, ha defendido el reforzamiento de los mecanismos de cooperación y de protección de la lealtad institucional, un principio que ahora “hace aguas”, tal y como se ve en la distribución del déficit, con el Gobierno central “ejerciendo de juez y de parte”.

“Necesitamos nuevas reglas del juego para que exista auténtica cooperación”, ya que “la lealtad pasa por el respeto, por el respeto a las competencias, por el respeto a la diversidad de identidades y por el respeto a la gestión de las diferencias” ha subrayado el President.

El “problema valenciano”

Puig se ha referido, como último eje de esta propuesta de modelo territorial, a la reforma de la financiación autonómica, que -ha recordado- “constituye el principal objetivo de la Generalitat y de la sociedad valenciana”, con medidas estructuradas alrededor de tres tramos de recursos: un tramo de garantía de nivel mínimo de los servicios públicos fundamentales, un tramo de suficiencia competencial y un tramo de autonomía.

El President ha subrayado en este sentido que la Comunitat asume la “carga” de un pasado de mala gestión y corrupción, pero reclama que se compense un problema histórico de infrafinanciación que la ha alejado de la media española de ingresos por habitante hasta el punto de situarla en el último o penúltimo lugar de España, y ha subrayado en este sentido que “la realidad es que también existe el problema valenciano”.

La propuesta que plantea Puig intenta introducir un instrumento de reequilibrio financiero “que permita a las comunidades que han acumulado deudas por la infrafinanciación durante muchos años, acordar con el Estado su reconocimiento”.

Además, propone “la revisión de las contribuciones forales en las cargas del Estado calculándose de forma que hagan compatible su singularidad institucional con los principios de equidad, solidaridad territorial y transparencia”.

De igual manera, se prevé la creación de un fondo de garantía del Estado del bienestar, similar al actual fondo de pensiones, para que en momentos álgidos del ciclo económico se ahorre lo que se pueda necesitar en otros momentos de débil crecimiento.

Finalmente, otra de las aportaciones de la propuesta valenciana es la gobernanza federal del sistema de financiación, con la participación de las comunidades autónomas en la Agencia Tributaria Estatal y en las decisiones que suponen cambios de distribución de los recursos públicos entre los diferentes niveles de las administraciones.

“Es una propuesta que nos gustaría discutir, que nos gustaría complementar, que nos gustaría que nos dejaran debatir en normalidad para conseguir el mayor acuerdo posible”, ha subrayado el President.

“Estabilidad, honradez y diálogo”

Puig ha defendido también que Comunitat Valenciana “está realizando una positiva contribución a la competitividad mediterránea”, como lo demuestra que, desde el inicio de la legislatura su PIB ha crecido a un ritmo del 3,7%, medio punto más que España, y que se haya situado como la tercera comunidad con mayor crecimiento del número de empresas. De igual modo, se han superado las tasas españolas de crecimiento de la producción industrial, las ventas del comercio minorista y la matriculación de turismos.

Tras aludir a que no se puede caer en el “triunfalismo” porque el objetivo sigue siendo reducir la tasa de desempleo, ha remarcado que “si algo asumimos como propio, es que el cambio ha significado estabilidad, honradez y diálogo”. “Hemos sustituido a los que entendían que la colaboración público-privada era decidir quién debía ser el colaborador privado, hacerle un traje a la medida y bloquearle la competencia por un modo de actuar que no emplea dopajes ni llama colaboración social a la designación del amigo, el recomendado o el financiador del partido”, ha subrayado.

Por otro lado, Puig ha insistido en la importancia del Corredor Mediterráneo para mejorar la competitividad tanto de la zona mediterránea como de España. Esta es, ha dicho, una infraestructura “fundamental e incontestable”, ya que Catalunya, Murcia, Andalucía y la Comunitat Valenciana aportan casi el 50% de la población española, el 45% del PIB, el 47% del tejido productivo, el 46% del empleo y el 51% de las exportaciones.

Además, según ha recordado Puig, las cuatro comunidades autónomas que conforman el corredor mediterráneo se sitúan en el séptimo lugar de la Unión Europea por la importancia de su PIB, más que 22 de los países socios.