El buque humanitario Aquarius ha finalizado su desembarco en el puerto de Valencia y los 106 inmigrantes que viajaban en él se encuentran ya siendo atendidos por los servicios asistenciales, sanitarios y policiales del dispositivo extraordinario de la operación "Esperanza Mediterráneo", según informa la Generalitat.

También lo han hecho los 250 inmigrantes que viajaban en el buque de la armada italiana Orione -el último de la flotilla en atracar-, después de que a primera hora de la mañana lo hicieran los 274 de la patrullera costera Dattilo.

Un total de 58 personas, 33 hombres y 25 mujeres, han sido atendidas por los servicios sanitarios que asisten a los 630 inmigrantes del Aquarius llegados hasta ahora al puerto de València, dieciocho de los cuales, entre ellos seis menores, han sido trasladados a centros hospitalarios.

Un horizonte incierto

Entre cánticos y sonrisas han llegado al puerto de València los primeros inmigrantes de la flotilla del Aquarius, atendidos por un gran dispositivo de emergencia y quienes, pese al permiso extraordinario de 45 días de estancia en España que les ofrece ahora el Gobierno, se enfrentan a un futuro incierto mientras se dirime para muchos de ellos su condición de refugiado.

De los 630 inmigrantes (130 de ellos menores) que se dirigían a València a bordo de tres barcos, los primeros en llegar al puerto han sido los 274 ocupantes de la patrullera de la guardia costera italiana Dattilo, que ha entrado en la bocana a las 6.30 horas ante la expectación de numerosos medios de comunicación.

Los inmigrantes a bordo del Dattilo presentan un mayor porcentaje de patologías de las que esperaba el personal sanitario, si bien son leves y entran dentro de lo normal. Así lo ha explicado en el puerto el subdirector de Emergencias de la Generalitat, Jorge Suárez, quien ha asegurado que no se ha registrado ninguna incidencia grave, pero sí han detectado un número más alto de tipologías que el esperado, lo que está retrasando un poco todo el proceso.