El ya expresidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodríguez, confirmó ayer públicamente su dimisión del cargo, así como su decisión de delegar sus funciones como alcalde de Ontinyent, puesto que, por ahora, no abandona, mientras que el líder de su partido, el PSPV, y president del Consell, Ximo Puig, insistió en defender su honestidad y solo admitió que pudo haber errores.

La comparecencia sin preguntas de Rodríguez se produjo seis días después de su detención en la operación Alquería, junto a cinco cargos de la Diputación de Valencia, por unas contrataciones de alta dirección en la empresa pública Divalterra (la antigua Imelsa), tras lo cual el partido le suspendió de militancia y le pidió que dejara sus cargos orgánicos.

El exresponsable de la Diputación provincial aseguró que se va «con la conciencia bien tranquila» y convencido de que ni él ni nadie de su equipo ha «metido la mano», aunque hayan podido equivocarse o cometer «alguna irregularidad administrativa».

«nunca ladrones» // «Podemos haber sido torpes, podemos haber sido demasiado confiados, pero nunca ladrones», aseveró Jorge Rodríguez, quien consideró que la mejor forma de defender su inocencia es «estar fuera de la institución». También tuvo un mensaje para quienes piensan que han puesto «el listón de la ética demasiado alto» y afirmó que ese es el listón con el que siempre han querido actuar los socialistas, para señalar también que no va a permitir que esta investigación judicial se utilice para dañar la institución que tanto ama.

En su intervención, jaleada por sus seguidores al inicio y al final, estuvo flanqueado por su jefe de gabinete, Ricard Gallego, el cogerente de Divalterra Xavier Simón (ambos detenidos también junto a Rodríguez), el portavoz socialista en la Diputación, Pablo Seguí, y el diputado Toni Gaspar, quien está previsto que le sustituya al frente de la institución.

Por su parte, Ximo Puig, dijo ayer que Jorge Rodríguez es una persona «honrada y honesta», pero es «evidente que las responsabilidades políticas hay que asumirlas». Señaló también que el expresidente de la Diputación le ha transmitido que ha actuado «de acuerdo con lo que pensaba era legal» y, aunque se ha podido equivocar, no ha cometido ninguna irregularidad económica. Puig insistió en que se han podido producir errores, así como en la honestidad de Rodríguez.