Si finalmente se demuestra que el coronavirus se contagia y extiende por aerosoles, es decir, por el aire que respiramos, habrá que empezar a tomar en cuenta también en el sector de la movilidad y el transporte, soluciones como el medidor de aerosoles, aparatos de detección de CO2, la utilización de filtros hepa, o el empelo de la luz ultravioleta en los vehículos.

Cada vez más estudios avalan que las partículas infectivas de COVID-19 pueden mantenerse en suspensión durante horas, por lo que habrá que extremar también la precaución en los coches y otros medios de transporte, más allá de ponernos una mascarilla o tratar de guardar la distancia de seguridad, puesto que se trata de espacios pequeños y cerrados. Cuanto más pequeño sea el recinto o habitáculo en el que estemos, más gente haya en él y más fuerte y enérgicamente se comuniquen entre ellos, más peligro hay de poder contagiarse.

La solución más sencilla pasa por ventilar el interior del coche, autobús o cualquier otro medio de transporte para que recircule el aire y se vayan esas posibles partículas infectivas que quedan en suspensión. Es un gesto que cuesta muy poco, y de confirmase la teoría que relaciona la propagación del COVID y los aerosoles, puede ser tremendamente efectivo.

Para asegurarse de que se hace una renovación efectiva del aire, lo más aconsejable es adquirir un medidor de aerosoles, es decir, un aparato detector de dióxido de carbono que nos indica la acumulación de CO2 en el ambiente. Si ésta es elevada significa que no se ha renovado el aire de la estancia, y por tanto existen más probabilidades de que si hay una persona infectada, puedan haber partículas infectivas de coronavirus en el ambiente.

Filtros Hepa, luz ultravioleta y ozono frente al coronavirus

Más allá de realizar un gesto tan sencillo como renovar el aire abriendo las ventanas de la estancia o las ventanillas del vehículo, y comprobar si se ha hecho correctamente con estos medidores de aerosoles, también se puede tratar de reducir las partículas en suspensión de COVID-19 con métodos de eliminación como los filtros hepa o la luz ultravioleta.

Los hepa son unos filtros con un poder de filtración muy superior a los convencionales, por lo que son capaces de detener con una eficacia de prácticamente el 100% todo tipo de gérmenes, contaminación, o virus como el COVID-19. Éstos ya se emplean en la empresa farmacéutica u hospitales, pero por el momento no se ha podido aplicar al sector de la automoción por la complejidad de su adaptación al limitado de los sistemas de ventilación del vehículo.

Aunque ya hay muchas empresas y marcas que están invirtiendo dinero y esfuerzo en sus departamentos de I+D+i para lograr un filtro hepaútil para coches, lo cierto es que parece que tardará en llegar y lo más aconsejable, tanto en el uso de coches particulares como en transporte público es bajar las ventanillas con regularidad o de forma constante si el clima lo permite, y utilizar el aire acondicionado o la calefacción sin el modo recirculación, de modo que siempre coja el aire del exterior.

La luz ultravioleta también acaba con prácticamente el 100% de los virus, y algunas empresas como Valeo ya están comercializando sistemas que hacen que el flujo de aire de los sistemas de ventilación de autocares y autobuses pasen por una especie de recorrido en el que se expone a la luz ultravioleta para eliminar las partículas de COVID-19, antes de que sea expulsado al habitáculo.

Y no se puede obviar el método más utilizado para desinfectar el interior de los coches en la actualidad: el ozono. En este reportaje os explicamos todo lo que se sabe hasta la fecha de este método de desinfección en vehículos.

Por el momento no está confirmado por las principales autoridades sanitarias que el coronavirus se transmita por aerosoles, pese a que existen multitud de estudios científicos que lo avalan. Por ello no está de más seguir una recomendación tan sencilla como ventilar en la medida de lo posible el habitáculo de los vehículos. Y si finalmente se confirma que el COVID-19 se mantiene durante horas en el aire, sería recomendable validar la eficacia de la ventilación a través de aparatos de medición de aerosoles y CO2 y, cuando estén disponibles, el empleo de filtros hepa para el sistema de ventilación del propio vehículo.