Promover las condiciones dignas de vida de las personas con discapacidad física, trabajar en la defensa de sus derechos y luchar por llevar a cabo acciones necesarias para contribuir en la mejora del día a día de este colectivo.

Esta es la esencia sobre la que trabaja la Federación Provincial de Personas con Discapacidad Física y Orgánica Cocemfe, que ha cumplido su 25º aniversario desde la implantación del servicio de transporte adaptado. Tan solo durante el pasado año realizó un total de 343.632 kilómetros, una cifra que puede dar una idea bastante clara de la dimensión de este transporte puerta a puerta, que atendió a 514 personas con minusvalía en las localidades de Almassora, Burriana, Castellón y Vilafamés.

Solo en la capital de la Plana, los vehículos de Cocemfe recorrieron más de 210.000 kilómetros y realizaron casi 36.000 servicios para trasladar a los usuarios a centros de atención, colegios, centros de trabajo... «Se trata de un recurso social en el que el beneficiario es una persona con invalidez reconocida, igual o superior al 33%, que fundamentalmente tiene una movilidad reducida», explica el presidente de Cocemfe, Carlos Laguna. Sin embargo, este servicio también traslada a personas con otras discapacidades, «como la intelectual o la sensorial, que les impiden acceder a un servicio normalizado, por lo que es una herramienta que dota de autonomía personal a quienes tienen distintos grados de dependencia y, además, ayuda a sus familiares para las actividades de la vida diaria», añade el responsable de la asociación Cocemfe.

Con todo, este servicio favorece el acceso a la educación y la formación, la integración laboral, la autonomía en las gestiones y la propia atención sanitaria, entre otras muchas cosas.

Centros con los que trabaja

Cocemfe también proporciona servicio de transporte adaptado en los centros de la capital de la Plana, como es el caso de Afanias, alzhéimer, esclerosis múltiple, Ateneo, Aspropace, el CAU, Fráter, Grans i Menuts, Penyeta Roja, Vall d’Umbrí, síndrome de Down, el IVAS y la Universitat Jaume I.

La asociación cumple un cuarto de siglo mejorando la calidad de vida de las personas que sufren algún tipo de discapacidad física y orgánica, y trabaja con tesón para seguir borrando las barreras a las que se enfrenta cada día este colectivo en la provincia.

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