Hacer la cama, cocinar, limpiar o ir al banco son algunas de las destrezas que la Fundación Síndrome de Down de Castellón ha querido potenciar con la tercera edición de su proyecto Vida Independiente y Autonomía. La iniciativa ha contado con 10 participantes, todos mayores de 16 años, que del 3 al 28 de julio, han recibido formación en el llamado Piso de vida independiente. El propósito era fomentar la autonomía de jóvenes con síndrome de Down y/o discapacidad intelectual, así como romper los estereotipos existentes sobre sus capacidades.

La entidad pretendía dotarles de habilidades para que pudieran desenvolverse en su día a día, ya sea en su casa con sus familiares o en su propia vivienda. Para ello, la formación ha tenido lugar en un piso ubicado en el centro de la ciudad. La jornada empezaba a las 9.00 y duraba hasta las 14.00 horas. Durante ese periodo de aprendizaje siempre había algún técnico o monitor que les orientaba.

A lo largo del mes el personal de la fundación les instruyó en actividades propias del hogar, como organizar la cocina, asegurarse de la limpieza, encargarse del manejo de electrodomésticos o mantener el orden en el domicilio. No obstante, no solo se abordaron las tareas domésticas, sino que también pudieron aprender las gestiones de la vida diaria, como conocer el procedimiento para presentar una instancia en el Ayuntamiento, realizar trámites en correos, confeccionar la lista de la compra, saber qué documentación presentar en el Servef (Servici Valencià d’Ocupació i Formació), utilizar sin problema el transporte público, e incluso, relacionarse de forma satisfactoria con los dependientes de los establecimientos. Asimismo, los 10 jóvenes fueron organizados en dos grupos coordinados por los trabajadores de la fundación. A través de este proyecto tuvieron que aprender a convivir, a afrontar las situaciones que se presentaban y a tomar decisiones junto al resto de compañeros.

Buena acogida

Las familias y los participantes se muestran satisfechos con estas propuestas, que han cosechado un gran aceptación por parte de los usuarios y usuarias de la entidad, en ediciones anteriores. Para los jóvenes es una idea muy positiva, porque disfrutan de la experiencia. Un aspecto favorable es que se trata de actividades que rompen con la formación habitual de todo el curso, según explican desde la fundación. «Son acciones mucho más lúdicas. Además, los objetivos establecidos se cumplen», recalcan.

La presidenta de la Fundación Síndrome de Down Castellón, Rosa Prades, defiende que el aprendizaje de estas destrezas es «fundamental», ya que se vuelven más independientes y «mejoran sus oportunidades de inclusión social». Este es uno de los objetivos prioritarios de la entidad, junto con inclusión laboral. Por ello, desarrollan numerosos programas.

Aunque todavía consideran complicado conseguir la integración en el mundo profesional, la actividad formativa de la organización mejora las previsiones. En el programa de Transición a la Vida Adulta, los jóvenes se forman en diferentes perfiles profesionales. También se preparan campañas de sensibilización para dar a conocer estas iniciativas y favorecer que las empresas den oportunidades.

Colaboradores

Diversas empresas han participado en el proyecto, como UBE Corporation Europe y La Caixa a través de su Obra Social. El hipermercado Carrefour ha aportado productos para el piso y Leroy Merlin y Muebles Pitarch han donado cortinas y muebles.

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