Los alumnos de primero de Bachillerato y algunos de cuarto de ESO del IES Vicent Castell i Domènech de Castellón han regresado del intercambio realizado con estudiantes de Finlandia. Como cada dos años, finlandeses y castellonenses intercambian familias, centro de estudios y experiencias diversas entre dos espacios tan diferentes como la Plana Alta y Vihti. Esta es una actividad que cada vez es más demandada por los alumnos. En esta ocasión, 25 estudiantes de cada nacionalidad han tenido la oportunidad de disfrutar de una experiencia inolvidable de aprendizaje y enriquecimiento cultural que a buen seguro tendrán presente durante mucho tiempo en su memoria.

«Nuestro viaje comenzó la madrugada del 10 de enero rumbo al aeropuerto de Vihti-Vantaa. Allí nos esperaba un autobús que nos conduciría hasta nuestras familias de acogida. Pasados los nervios iniciales después de las presentaciones, era momento de retirarnos a descansar tras un largo viaje», señalan. Al día siguiente tenían visita al Museo interactivo de Ciencia Heureka y por la tarde a la fábrica de chocolate Fazer. Allí les explicaron la procedencia del chocolate con el que hacen sus diferentes productos y su elaboración. En la jornada siguiente hicieron un recorrido turístico por Helsinki combinando la visita cultural con tiempo de recreo para comprar algún recuerdo de su estancia en tierras finlandesas.

Un viaje de estudios por la tundra finlandesa debía contar con la visita obligada a un parque de renos como el de Nuuksio, donde los alumnos pudieron alimentar a los animales que descansaban allí plácidamente. «El recorrido a pie nos abrió el hambre y en plena naturaleza lo mejor era hacer un picnic a Riuttaranta con salchichas asadas al fuego de unas brasas». También disfrutaron de un tiempo de descanso en una tradicional sauna finlandesa. Incluso los más atrevidos alternaron el calor con chapuzones en las frías aguas de un lago próximo. Las salidas culturales acabaron con el viaje a Turku, antigua capital de Finlandia, donde visitaron la iglesia y el castillo de la ciudad, al objeto de conocer los tesoros que celosamente guarda en sus estancias.

Pero no todo fueron excursiones culturales y diversión. También hubo tiempo suficiente para participar en las clases en el instituto de Vihti. Allí pudieron observar, preguntar y comparar desde las metodologías empleadas por el profesorado hasta las excelentes instalaciones y el estado de las mismas.

La despedida

Pero llegó el momento de la despedida. Entre lloros y abrazos, los alumnos castellonenses se resistían a subir al autobús que iba a conducirles de vuelta a la realidad cotidiana. Incluso la nieve hizo acto de presencia en el lugar para despedirse de los huéspedes. Y es que muchos son los lazos establecidos en este intercambio que los alumnos participantes nunca olvidarán. Desde estas líneas aprovechan para agradecer la amabilidad con que fueron recibidos por las familias, estudiantes y profesorado del instituto de Vihti.

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