Los archivos de las iglesias castellonenses dan el salto a la red de redes. Y fue precisamente ayer cuando comenzó la digitalización de los documentos antiguos que guardan las parroquias de la diócesis de Segorbe-Castellón, según informan desde la institución eclesiástica. Añaden que lo primero que pasó del papel al soporte virtual fue un registro de bautismos de 1677 perteneciente a la arciprestal de San Jaime, en Vila-real.

Además de lograr una mejor conservación de la información que se guarda, al estar en condiciones de contar, de modo adicional, con copias de seguridad, esta iniciativa tiene por objetivo «poner al servicio de la sociedad este acervo documental y cultural» en un compromiso de «apertura a una misión cultural e investigadora a la vez social y eclesial», según pone de manifiesto el vicario general, Javier Aparici.

La tarea de trasladar los datos a un lenguaje digital ha sido encargada a la fotógrafa y documentalista Mamen Enríquez, profesional que ha colaborado con anterioridad con la Iglesia en el desarrollo de un trabajo equivalente. En ese caso, se trató de encargos realizados por la archidiócesis de Valencia y también en Orihuela, en la provincia de Alicante. El proceso que materializa Enríquez consiste, de entrada, en fotografiar los documentos para su posterior procesado. Durante la primera jornada de trabajo se tomaron 9.610 imágenes de 34 libros. Por otra parte, en un segundo momento indexarán el contenido en una base de datos, de modo que posteriormente se puedan consultar telemáticamente a través de la delegación diocesana de Patrimonio.

La digitalización concierne a la documentación custodiada en las parroquias que tengan una antigüedad de 100 años, 110 en el caso de los libros de bautizos. Después de Vila-real, la fotógrafa documentalista se trasladará a la Vall d’Uixó y recorrerá los 14 arciprestazgos hasta culminar la primera fase, en torno a final de este 2019.

Textos del siglo XIV

La manipulación de estos libros requiere en determinados casos un gran cuidado por su antigüedad. El Salvador de Burriana, una de las pocas iglesias góticas de la diócesis, conserva documentación de 1388. La Asunción de Benlloc, La Natividad de Nuestra Señora de Villahermosa y San Bartolomé de Atzeneta le siguen en el ránking de antigüedad con libros del siglo XIV.

En ellos se halla no solo información de sacramentos, sino que también «se puede recrear la historia de los pueblos, de las familias y de la parroquia», explica Mamen Enríquez, ya que además de registros de bautismos, incluyen libros censales en los que se anotan préstamos de la parroquia o documentación de cofradías y cantorales.

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