Hermanos: sabréis ese dicho de Salvador Dalí que decía que «lo importante es que hablen de ti… aunque sea bien». Esto viene a ser una evolución de aquello que decía Oscar Wilde: «Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti y es que no hablen de ti». Pues bien, pese a la opinión de estos dos grandes genios, puedo asegurar que no es nada agradable que hablen mal de uno, y menos cuando lo que se dice no es verdad.

También es cierto que podríais decirme: ¿y tú que esperabas chavalín? Después de denunciar en la prensa las barbaridades urbanísticas que hizo el PP, después de cachondearte de ellos con las viñetas que tú dibujas y después de haber sacado al aire sus vergüenzas en más de un ayuntamiento, ¿de verdad te pensabas que eso te iba a salir gratis? Pues no. Ya sabía que tarde o temprano iban a intentar algo las fuerzas peperas del mal. (Porque dentro del PP no todos son iguales y hay y ha habido gente muy buena).

En fin, que me encuentro en la tesitura de que, a los tres meses de mi nombramiento como director general de Urbanismo, y apoyándose en la denuncia de una persona inhabilitada para la profesión de funcionaria y que estuvo en busca y captura por hacerse pasar por abogada, se pide mi dimisión (o cese) del cargo.

La verdad es que el momento es oportuno, en campaña electoral y sabiendo que para esta gente todo vale. Pero aún en el momento complicado que supone he de deciros que el juez (o la jueza) está haciendo lo correcto. Si hay una denuncia sobre irregularidades, debe investigarla. Y eso es lo que están haciendo. ¿El resultado? En 18 meses.

*Urbanista