Palabra multiusada por todos los políticos que nos machacan afirmando lo progresistas que son, cuando seguramente no tienen ni idea de lo que significa y desde luego no lo son. Confunden ser progres con querer avanzar, pero no dicen hacia adónde. Progresista, según la RAE, significa “de ideas y actitudes avanzadas”. El progresismo nace como movimiento político en el contexto de la revolución liberal del siglo XIX. En España, el Partido Progresista gobernó dos años (1854-1856) bajo la jefatura del general Espartero, al que lo sucedió el general Prim. Se integra en el pragmatismo político que se corresponde con posiciones de centro y recoge doctrinas sociales, éticas, económicas, políticas y filosóficas que persiguen el progreso integral del individuo con las ideas de igualdad, libertad y justicia. Lo importante es la capacidad y esfuerzo de la persona y no la condición de su nacimiento, es lo único que debe determinar la desigualdad social. No es revolucionario sino reformista porque busca cambios que impulsen el progreso, sin sujetarse a ideologías. Es democrático, estima la participación ciudadana. Reconoce el ánimo de progresar y los derechos individuales que se materializan como progreso social. Como vemos, es contrario al comunismo que supone la primicia del Estado, y que conduce al pasado y al absolutismo estatalista y no al futuro. Y si queremos avanzar, hay que saber hacia adónde vamos, en la buena dirección, la que marque el bien común, los derechos fundamentales y las libertades públicas. H