Un gran problema del momento actual es que mucha gente, con mayor incidencia en la juventud, tiene baja autoestima; o sea, de la consideración que uno tiene de sí mismo. Creen que todo lo hacen mal, que son poco atractivos, se sienten culpables, inútiles, inferiores, no valorados por los demás, insatisfechos, están desmotivados, irritables, frustrados.

Esta carencia puede causar muchos problemas: ansiedad, miedo, depresión, insomnio, ausencia de relaciones sociales, tristeza, trastornos digestivos, dificultad de concentración y toma de decisiones, irritabilidad, agresividad, mal rendimiento y tendencia a utilizar sustancias nocivas y adictivas.

Tranquilos, es algo que tiene solución pero solo tú puedes cambiar tu vida. Para ello hay que ser consciente de que existe el problema, querer superarlo, tener constancia y esforzarse. Cambiar el chip. Pensar en lo bueno que tenemos, qué somos y qué hacemos.

TODO el mundo tiene sus virtudes y defectos, nadie es perfecto. Ser positivo, intentarlo convencido de que irá bien, si no, aprender del error. No compararse, cada uno es un mundo. Aceptarse en lo físico, psicológico y social. Tratarse con respeto y cariño, eres lo mejor que te ha pasado. Sustituir los objetivos por valores, que estos sean tu guía. Hacer ejercicio y pensar en los demás.

Con buena autoestima te sientes valioso, optimista, confiado, contento, empático, tienes valores, no te dejas manipular, empatizas, respetas las normas de convivencia, te diviertes. El objetivo es ser feliz, puedes serlo y, de paso, aportar algo de felicidad a los que te quieren.

*Notario