Quim Torra, el circunstancial presidente catalán que dice que hablamos como las bestias y que es superior al resto de españoles, reivindica el derecho de autodeterminación para la Comunidad Valenciana. Ximo Puig, extraña y afortunadamente, le ha respondido que no tiene derecho a hablar de nosotros, que debe respetarnos y que tenemos una vía propia.

El tipo no se conforma con arruinar, quemar y fracturar socialmente su Comunidad, envalentonado por la falta de medidas serias que acaben esta locura, quiere incluirnos a nosotros en su desvarío imperial separatista. El problema grave es la gente que aquí le apoya y quiere meternos en esa gran mentira y estupidez de los paisos catalans.

Hará bien Puig en oponerse, aunque el mal lo tiene dentro. Desde el Consell tripartito se subvenciona con nuestro dinero y vergonzosamente a múltiples entidades y medios de comunicación, tanto valencianos como catalanes independentistas, favorables al procés y a los delincuentes, incluso implicados en los actos violentos.

IMPONEN una política lingüística que discrimina a los castellanoparlantes y que se basa en el modelo de inmersión lingüística catalana, siguiendo el camino que se inventó Pujol hace décadas, usando la lengua como arma para construir de modo artificial y falsario una nación de pandereta, sectaria y excluyente.

En Cataluña son más de la mitad los perjudicados que no piensan como ellos, aquí somos el 90% y no lo permitiremos. Lo dice nuestro himno: «Para ofrendar nuevas glorias a España nuestra región supo luchar».

*Notario