Conocer mejor las instituciones y sus funciones, gozando del patrimonio artístico y arquitectónico que atesoran. Son los principales objetivos del programa autonómico Palaus Transparents, al que se ha adherido el Ayuntamiento de Castellón y que permite realizar visitas autónomas por varias estancias del Palau Municipal a todo aquel que esté interesado. Sin necesidad de concertar cita y folleto en mano -que se puede lograr en el hall del consistorio-, cualquier ciudadano puede curiosear por las estancias con más historia del noble inmueble, desde la escalinata principal hasta el salón de plenos o la sala de juntas. Estancias que tienen mucho que contar.

El proyecto, en el que ha trabajado durante meses la Concejalía de Transparencia que dirige Ignasi Garcia, se ha puesto en marcha ahora pese a estar aprobado desde antes del verano, debido a las obras de remodelación de la fachada del consistorio, que dificultaban el acceso al inmueble y las visitas.

En la guía que sirve de apoyo para recorrer el edificio, se ofrece al visitante una breve descripción de la función que tiene el Ayuntamiento. Y se explica que es la institución que gobierna la ciudad y el término municipal de Castellón. Que el pleno es el órgano de máxima representación política de la ciudadanía y está formado por el alcalde o alcaldesa y los concejales y concejalas. Bajo la dirección de la alcaldía, el Ayuntamiento sirve a los intereses generales del municipio, buscando el progreso y el bienestar de todos sus vecinos.

Historia

El Palau Municipal de Castellón es un edificio barroco que inició las obras en 1687 y las finalizó en 1716. Consta de tres alturas, organizadas en tres cuerpos diferenciados por cornisas. La planta baja muestra un pórtico de arcos de medio punto con pilastras toscanas. La planta primera, enfatizada por pilastras corintias, destaca por la disposición de tres balcones. Una suntuosa escalera de mármol da acceso a las distintas dependencias, en las que se conservan esculturas, pinturas y frescos datados en los siglos XVI al XX. El edificio, que fue restaurado en 1952, está catalogado como bien de interés cultural.