Nuestro ayuntamiento luce esplendente desde su restauración y más en particular la fachada de clásica y severa fisonomía que junto al campanario, constituye la referencia del más histórico testimonio de la arquitectura del centro de la ciudad. He de decir que una gran mayoría de castellonenses piensa que siempre el edificio municipal ha estado en el lugar que hoy ocupa el dieciochesco palacio, pero no es así. El primer edificio del consistorio estaba ubicado, frente a la iglesia, en el lugar en que hoy se levanta la sede central de Bankia. Sus muy reducidas dimensiones iniciales, en menos de un siglo resultaron escasas. En consecuencia, los jurados solicitan al rey Pedro IV una ayuda para poder ampliar el primitivo local junto al que estaban anejas las residencias del Batlle, del Justicia y la cárcel. El monarca se comprometió a pagar un tercio del costo de la edificación en mayo de 1339.

Era un edificio de dos plantas, de suelo pavimentado con cantos, y patio. La fachada presentaba amplios arcos porticales de ojiva, conformados a base de dovelas de piedra, similares a los que aún hoy pueden verse en la plaza Mayor de Vila-real o la de la ‘Font de dins’ de Onda, amén de ventanas geminadas de estilo gótico conopial, con intradós trilobulado. Frente a los pórticos podía verse un pozo. En el interior de la mansión comunal había un vestíbulo que desembocaba en el referido patio en que había plantados naranjos y un laurel. A él accedían las diversas dependencias con armarios y estantes, en los que se guardaba la documentación municipal y los paveses o escudos ‘de la vila’.

*Cronista oficial de Castellón