Que un balcón de una vivienda de Benicarló cayera sobre el famoso cuadro de La carga de los mamelucos de Francisco de Goya suena a película, pero ciertamente pasó y la verdad es que la historia es de película. Para explicar el curioso suceso hay que remontarse a la Guerra Civil, en concreto a 1936, cuando para salvaguardar las obras de arte del Museo del Prado, el gobierno republicano organizó siete expediciones, con un total de 36 camiones implicados, 361 pinturas del Prado, 52 del Museo de Arte Moderno, 122 de los Duques de Alba, y otros varios centenares del Escorial, Palacio Nacional, Academia de San Fernando y diversas colecciones privadas. El destino del tesoro nacional era Francia y durante la penosa travesía el episodio más peligroso para la integridad de las obras se dio en Benicarló.

Como se puede leer en el libro El Milagro del Prado, de José Calvo Poyato, el cuadro La carga de los mamelucos de Goya sufrió un grave accidente que dañó de forma notable el lienzo. Los cuadros que uno de los más reconocidos pintores de la historia realizó sobre la guerra de la Independencia estuvieron a punto de ser destrozados cuando el camión que los transportaba se empotró en una casa de Benicarló, lo que provocó el desprendimiento de un balcón, que cayó sobre las pinturas causando desgarrones. Las obras serían restauradas en el taller que se instaló en el castillo de Peralada, pero los efectos fueron de tal entidad que aún se aprecian.

Cuenta, en la misma línea, José Álvarez Lopera, que «la peligrosidad de la operación creció hasta el límite de lo tolerable, al ser los refugios para los cuadros cada vez menos seguros y estar las obras cada vez más expuestas a los bombardeos, a los peligros de los traslados y de los cambios de ambientación». Añade el autor que «en este viaje se producirá el único accidente de alguna repercusión ocurrido durante todo el traslado, al sufrir La carga de los mamelucos un pequeño desprendimiento de color en el ángulo superior izquierdo. Según Azaña, al desprenderse un balcón de una casa bombardeada al pasar por Benicarló; según otros, al volcar el camión que lo transportaba».

Por último, reseñar a Arturo Colorado Castellary, que en la obra Éxodo y exilio del arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil, relata lo siguiente: «El lienzo de Goya dedicado a los sucesos del Dos de Mayo fue finalmente restaurado con motivo de la exposición dedicada al aragonés en 2008 por la pinacoteca. No deja de ser curioso que en una pintura de temática bélica, permanezca, la herida de otro conflicto».

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