No es la primera vez que escribimos sobre Carmen Gil Fernández (1929-2018), castellonense de adopción, esposa de Federico García Moliner, Premio Príncipe de Asturias en 1992, hija de otro científico reconocido, Juan Gil Collado. Ella, una mujer sencilla y agradable en la conversación, inteligente, amante de la música y del arte, que escondía en su interior con toda modestia un cúmulo de saber que íbamos descubriendo continuamente. Doctora en Biología, microbióloga, especialmente, con interesantes descubrimientos para la humanidad como la latencia de virus, los cultivos celulares y muchísimo más, trabajando en Cambridge y en otros centros mundiales de investigación con un loable reconocimiento, traducido en artículos e inapreciables trabajos.

Pues bien, recientemente el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha rendido homenaje a sus científicas pioneras que marcaron la historia de la ciencia española y, entre ellas aparece Carmen Gil Fernández, fallecida hace poco más de un año en nuestra ciudad. Un reconocimiento que, de alguna manera, compartimos los castellonenses por su larga y densa convivencia en Castelló: todo un honor para la ciudad.

En verdad ha sido de justicia el homenaje a las mujeres porque contribuyeron eficazmente, como Carmen Gil, al crecimiento de la ciencia en España, que no conoce género en su investigación.

*Profesor