Decía Mario Benedetti que «la vivienda no es solo un bien inmobiliario, es también una forma de consolidación espiritual». Y si de asentar la esencia de uno mismo se trata, la casa que mejor representa ese sentimiento estará siempre en construcción. Al menos, esa es la convicción de un joven artista de Nules que desde hace más de 10 años vive entregado a su pasión, pintar y construir una casa modernista.

Juanma Gavara vive de la creación, de la búsqueda constante de una inspiración que plasma en sus lienzos. Y una persona como él no podía vivir en cualquier lugar. Esa certeza viene acompañándole desde que de niño recorría las calles de su localidad junto a su padre y atendiendo a sus explicaciones sobre el legado modernista y la pérdida de la batalla contra la frialdad del minimalismo. «Tenía clarísimo que quería una casa así», asegura.

Pero no siempre lo que uno quiere está a su acceso solo por voluntad.

Durante mucho tiempo buscó una vivienda de estas características para comprarla y restaurarla. Cuando las circunstancias parecían alejarlo de su objetivo, atendió el consejo de su padre: «¿Por qué no compras cualquier casa, la derribas y la construyes de nuevo?». Y a ese empeño dedica buena parte de su tiempo desde que adquirió un inmueble situado en la calle San Jaime, que aunque sigue en construcción, ya permite intuir que no será cualquier vivienda del casco histórico nulense.

Desde sus cimientos hasta su cúspide el edificio es un monumento a la pasión, a no correr contra el tiempo sino a crecer con él. Porque Juanma Gavara sostiene una firme idea: «La arquitectura ha de tender a garantizar la felicidad de quien la ha de habitar». Y la felicidad de su ideólogo pasa por la propia creación, en una alegoría de la vida de San Jaime, con una fachada compuesta por más de 200 piezas de cerámica que, en parte, ya son visibles. Cada detalle respeta rigurosamente la estética principal, cada rincón, contribuye a hacer posible «una vivienda nueva que ya habrá sido habitada» porque como la gran puerta principal recuperada de un derribo en Burriana, la casa modernista de Juanma Gavara aspira a ser su hogar, pero también ese lugar donde el pasado sobrevive al olvido, y que sueña con llegar a convertir en un referente patrimonial de su Nules natal.

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