Es lo que se suele decir cuando uno ya se ha pasado de la raya. Y Montoro, nuestro terrorífico ministro de Hacienda, lo ha conseguido otra vez más. Aprovechando la ley de Acompañamiento de los Presupuestos del 2018 nos la ha vuelto a hacer.

Ya saben que la ley de acompañamiento es esa de última hora que los malos políticos utilizan como cajón de sastre. Una de las manías que yo tengo es leérmela por si acaso afecta a cuestiones de mi trabajo, y este año me he encontrado con una Disposición Transitoria 4ª que modifica la ley General Tributaria que dice: «Aquellos regalos de Navidad y del Amigo Invisible cuya cuantía supere los 20 euros en su coste de adquisición se consideran a todos los efectos como donaciones entre particulares y, en consecuencia, deberán tributar al 7% de la base imponible en la declaración del Impuesto de la Renta del periodo impositivo del 2018».

Me indigna la desvergüenza con la que el Gobierno es capaz de sacar dinero de cualquier sitio. Generalmente del bolsillo de las clases medias y trabajadoras. Y, por otro lado, es incapaz de hacer tributar a las grandes fortunas. Seguro que para el 2019, que nos vienen las elecciones autonómicas y municipales, pondrán en grandes titulares que se reducen los impuestos quitando esta barbaridad de impuesto sobre los regalos que se acaban de sacar de la manga. Y usted volverá a votarles. Pero yo no. Los he pillado y voy a hacer todo lo posible para que se conozca el tipo de gente que es el Montoro ese. Y no pienso pagar, aunque me traten como un delincuente. Porque, como usted, también soy inocente.

*Abogado. Urbanista