Aroma de azahar. Y también de incienso y cera. Y devoción en el rostro de los fieles. Castellón está ya inmerso en las celebraciones patronales de la Mare de Déu del Lledó. La capital de la provincia vive su fin de semana grande de exaltación y veneración a la imagen más sagrada. Fe, cultura y tradición. Memoria colectiva de un pueblo que se transmite de generación en generación, y señas de identidad tangibles y cercanas. Fiestas populares con los actos de siempre y también de nueva factura.

Como el bureo protagonizado este viernes en la explanada del templo basilical por los agrupaciones de danzas que pertenecen a Federación de Grupos Folclóricos de Castellón, que mostraron lo mejor de sus bailes en una noche de ritmos, movimientos y ofrenda a la Virgen más castellonera. Una propuesta organizada por la Concejalía de Ermitas del Ayuntamiento de Castellón, ya que el edil, Enric Porcar, es el procurador de la basílica municipal.

JUBILEO DE LA MISERICORDIA // Pero las danzas clausuraron una jornada que estuvo marcada por el segundo del día del triduo en honor a la patrona y el jubileo diocesano de los enfermos con motivo de la celebración el Año de la Misericordia.

Por otra parte, el vicepresidente de la Diputación y diputado delegado de Cultura, Vicent Sales, con la directora del servicio de Restauración de la entidad, Francisca Adell, entregó en la basílica una tablilla de madera con la imagen del Corazón de Jesús restaurada por la institución. H