Viajar hasta el pasado es posible en Castellón. Y es que la provincia esconde numerosos tesoros, legado de los antepasados, con un gran valor histórico y cultural que transportan a los visitantes hasta épocas remotas. Y para poner en valor estos importantes hallazgos, el servicio técnico de arqueología de la Diputación de Castellón se encarga durante todo el año de recuperarlos, promocionarlos y mantenerlos. De esta manera, la institución cierra este 2017 con un total de ocho trabajos en excavaciones que están permitiendo «convertir este patrimonio de la humanidad en un reclamo turístico de primer nivel, sobre todo para el interior de la provincia», subraya el vicepresidente de la Diputación y titular de Cultura, Vicent Sales.

Se trata de las excavaciones del yacimiento del Tossal de la Vila (la Serra d’en Galceran), Santa Llúcia (Alcalà de Xivert), los Morrones (Cortes de Arenoso), el Calvario (Montán), el asentamiento minero del Mortorum (Cabanes), el Monte de la Misericordia (Vinaròs), la fortificación del Castillejo (Benafer) y la necrópolis tumular de los Cabañiles (Zucaina). Además, desde la Diputación han acometido una gran variedad de trabajos de campo, como en el reciente yacimiento de la Cueva de la Fuente de Codina, con dataciones de las épocas del Neolítico y Calcolítico.

Labor constante

«El trabajo que se está realizando en estos yacimientos desde hace años está permitiendo que hoy ya estemos hablando de recursos turísticos para los municipios. Son lugares visitables en los que se aprecia un nivel avanzado de excavaciones, en muchas ocasiones incluso con señalización e información explicativa del yacimiento, y en los que en muchos de ellos se ha trabajado para consolidar sus estructuras y asegurar su conservación», explica Sales.

Visitas guiadas

Pero, además de excavaciones y trabajos de campo, el Servicio Provincial de Arqueología de la Diputación de Castellón ha realizado numerosas visitas guiadas a cinco de las ocho excavaciones y ha prestado servicio con seguimientos de obras en el Palau de Betxí, en el convento del Niño Perdido de Caudiel y en el castillo de Polpis.

Unos trabajos que se contextualizan dentro del proyecto Castellón Arqueológico con el que la Diputación pone en valor el patrimonio arqueológico de la provincia. En ese sentido, el jefe del Servicio de Arqueología, Arturo Oliver, hace hincapié en la «especial dedicación del servicio en abrir todos los trabajos a la sociedad para poder aprovechar estos resultados desde el punto de vista social, educativo y turístico».

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